Agredidos y agresores

El sábado unos bárbaros, algunos envueltos en la bandera española, que participaban en la manifestación a favor de la unidad de España, perpetraron una agresión brutal contra el tenderete informativo de la Assemblea Sobiranista de Mallorca en la confluencia de la calle Sant Miquel con la plaça de la Porta Pintada, justo al lado de los venerables muros de la iglesia de Santa Catalina de Siena, hoy en día cedida a la Iglesia Ortodoxa Rusa, que la denomina parroquia de la Natividad de Cristo, que no consiguieron hacer desistir de su furia liberticida a los energúmenos, seguramente poseídos por el demonio de la intransigencia, en concordancia con el origen etimológico de la palabra que los describe.

Durante el ataque no solo destruyeron la infraestructura material de la parada y estropearon el material informativo y promocional, sino que también escupieron y agredieron con empujones y golpes a algunas de las personas que allí se encontraban, además de lanzar un objeto contundente que hirió en la cabeza a una mujer que les afeó su actitud.

Durante los largos e insoportables años en los que la banda terrorista ETA se dedicó a atentar, extorsionar, secuestrar y matar, los políticos, los partidos, las instituciones, repetían como un mantra que sin violencia se podía hablar de todo, incluso de la independencia. Parece que algunos no están de acuerdo y consideran que quienes defienden de forma pacífica más soberanía para esta tierra son objetivos a los que destruir, literalmente.

Es una opción guerracivilista muy preocupante, que probablemente deriva del hecho de que el franquismo y sus crímenes nunca han sido adecuadamente investigados, juzgados y sancionados. De hecho, aceptamos la amnistía dictada durante la transición sin darnos cuenta, o sin querer darnos cuenta, que en realidad se trataba de una autoamnistía que se concedía el franquismo y, como consecuencia, sigue bien vivo entre nosotros.

Algunos de los que cometieron la salvajada son perfectamente identificables en las imágenes que todos hemos visto en televisión y en las redes sociales. Esperemos que la fiscalía ponga el mismo empeño y diligencia en perseguirlos que los que pone en acusar a los independentistas.

Hace ya algún tiempo que venimos oyendo en boca de líderes políticos y sociales ataques verbales de grueso calibre contra los que defienden la opción de la independencia de Catalunya. Se les ha calificado de nazis, racistas, supremacistas, y últimamente de traidores, golpistas y sediciosos. Por ahora, sin embargo, está claro quienes son los agredidos y quienes, y en qué bandera se envuelven, los agresores.