Quizás tengamos nuestro Kennedy

Hace alrededor de un mes, en esta misma columna, lamentaba la inexistencia de un Kennedy en este país; la expresión, como ya dije hay que atribuirla a un conocido empresario con el que con frecuencia comparto mesa y mantel, a ambos nos gusta el buen yantar.

El pasado domingo se destapó para la gran masa un personaje que fue especialmente odiado en los ochenta (fue el encargado de implantar el IVA) y que estuvo especialmente lúcido y brillante ante los miles de personas no independentistas que se manifestaban en Barcelona. Da igual el número, como en la diada, en ambos casos era mucha gente.

El ministro Borrell que fue vencedor en unas primarias y que el aparato le impidió, con juego sucio, presentarse a las generales en las que obtuvo el señor Almunia el peor resultado de la historia del PSOE; naturalmente hasta la llegada del líder actual que batió todos los registros y cosechó un fracaso antológico llevando al PSOE, -si gente como Borrell no lo soluciona-, a la marginalidad.

El señor Borrell fue claro y preciso, dio un discurso breve en un tono medio mitinero y festivo y apeló al sentido común, a la libertad de expresión y a la seguridad jurídica mediante la exigencia de la aplicación de la Constitución. No soy votante socialista, alguna vez lo he hecho por amistad con algún candidato, pero no entiendo como pudiendo tener a un líder como Borrell prefieren a un mediocre como Sánchez, el cual no tiene ningún sentido de estado y busca el menudeo electoralista pretendiendo reprobar a la Vicepresidenta, que también creo que no lo ha hecho bien, en lugar de tener altura de miras, que tiempo habrá para las interpelaciones parlamentarias.

Aun así el señor Sánchez ha tenido momentos de lucidez en apoyo al gobierno de la Nación, algo que naturalmente no ha hecho la Presidente Armengol, pedirle altura de miras y sentido de estado es una ironía desproporcionada. Pero, la duda es qué PSOE nos creemos, el de la Señora Armengol o el del Señor Sánchez, pues los dos es imposible.

Saben, me he cansado de oír, incluso de buenos amigos, que el Presidente Rajoy era una fábrica de independentistas; pues bien, se ha visto superado, de mucho, por los Presidents Puigdemont i Forcadell que a cada actuación expulsaban una gran empresa y convertían a moderados en fervientes españolistas.

Para no extenderme más les diré que me cansé de oír a la Señora Armengol desde la bancada de la oposición, que gobernarían de forma diferente, que ellos no eran corruptos. Media legislatura y ya tiene altos cargos imputados DE SU GOBIERNO, unos por corrupción y otra por delito contra los trabajadores, ni más ni menos, MOBBING. Dos años le han bastado, supera marcas no sólo en pésimos resultados electorales. En fin la buena noticia es que el PSOE puede habernos dado un Kennedy y catalán.