GEMA MUÑOZ. Miles de historias se ciernen alrededor del café, de pocos es conocido que existía una ley turca mediante la cual una mujer podía divorciarse, si su marido no le proporcionaba una dosis diaria de café, capaz de aliviar la resaca, la bebida matutina por excelencia desde que puso un pie en el mundo es aún más deliciosa cuando se comparte.
Actualmente la industria cafetera mueve la nada desdeñable cifra de 70.000 millones de dólares al año, que solo se ve superada por el petróleo en cuanto a exportaciones a escala mundial. Así de enorme es la presencia y el goce del café en el mundo.
Pero las grandes cifras no son lo que importa en este artículo, sino una creciente tendencia nacida en Nápoles donde un buen día un cliente llegó, bebió su bebida mágica y en lugar de pagar uno pagó dos, especificando al dueño del lugar que ese “segundo” café estaba destinado para quien no pudiera pagarse uno.
Desde entonces la creciente predisposición a “invitar” a un café ha tomado dimensiones mundiales, llamando a esta moda el “café pendiente”.
Las redes sociales han hecho una gran labor de difusión en países como Argentina, Chile o México ya es muy popular.
La solidaridad cuesta muy poco, realmente se puede dar mucho con un gesto pequeño, a la vivificante sensación de beber un café en los días fríos podemos sumar la de ayudar a quien lo necesita, con solo una taza.
El sistema de control es fácil el “café pendiente” viene especificado en la cuenta del cliente que desee participar y un ticket se pone en una caja transparente. Cuando una persona pide uno de estos cafés se extrae un ticket y así hasta finalizar, aunque lo ideal es no sacar nunca el último, pensar que siempre haya alguien solidario y sea constante la fluidez de cafés.
La clave de este tipo de ayuda es la solidaridad, pero también la confianza en que realmente se va a destinar el café a quien más lo necesite y la confianza en que habrá personas solidarias dispuestas a sacrificar un poco de dinero para colaborar con la iniciativa.
Aunque aún no es una gran tendencia en baleares, sí que hay otras iniciativas igual de sencillas funcionando a pleno rendimiento, la ONG Mediterránea ha puesto en marcha la campaña “¡Esto es la Leche¡”, un parche solidario, como sus organizadores lo llaman, con el que se pretende suministrar leche al mayor número posible de niños en la isla, implicando a la sociedad a recolectar cartones de leche. Si estáis interesados en participar de esta forma tan simple poneros en contacto con la ONG Mediterránea ( mediterranea.ong@gmail.com) para saber los puntos de recogida.
Ya decía José Martí que “Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”. Podemos obtener felicidad con gestos sencillos, sin grandes alardes, pero que realmente reconforten a quien no tiene tanto como nosotros.