GEMA MUÑOZ. Si buscamos la definición de cirugía plástica en Wikipedia encontramos: “La cirugía plástica es la especialidad médica que tiene como función llevar a la normalidad funcional y anatómica la cobertura corporal. Este tipo de intervención busca reconstruir las deformidades y corregir las deficiencias funcionales mediante la transformación del cuerpo humano.”
Aunque el tema del feminismo da para dos o tres artículos si coincido en que con el inicio de éste movimiento comenzó una lucha por liberar a la mujer en muchos sentidos, se combatió para conseguir romper con el prototipo de nuestras predecesoras, el objetivo era convertirse en mujeres independientes, urbanas, trabajadoras. Pero pensadlo bien, en el fondo, toda esa lucha se nos ha vuelto en contra, para empezar el culto al cuerpo nos arrebata todas esas libertades por las que tantas y tantas mujeres han luchado, pues ¿no es acaso una nueva forma de esclavitud el estar guapa siempre?.
La última tiranía en el deber de belleza está en los brazos, está de moda estirarse y elevar la parte superior de esa extremidad, lo que incluye una liposucción si se tiene exceso de grasa y la realización de un método quirúrgico llamado braquioplastia.
Ya sabéis que no soy una gran admiradora de Michelle Obama, pero según una encuesta, las mujeres norteamericanas admiran los brazos torneados de la primera dama estadounidense. Tan solo en Estados Unidos la obsesión por tener unos brazos torneados ha disparado un 4.400 por ciento las intervenciones de este tipo en las féminas, según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos ( ASPS) quien atribuye esta moda a la influencia de las celebridades que lucen musculados brazos, entre ellas Michelle Obama.
Según Gregory Evans Presidente de la ASPS “las mujeres en este momento prestan más atención a los brazos y buscan opciones de tratamiento para esta área”.
Los brazos es una de las áreas más problemáticas en las mujeres, para la mayoría no basta con una dieta equilibrada y ejercicios, por lo que la solución mediante una braquioplastica y/o liposucción parece el remedio para este obstáculo en la carrera por obtener un cuerpo perfecto.
Mientras tanto en Latinoamérica les preocupa otra parte del cuerpo, las latinas se someten a una gluteoplastia o lo que es lo mismo el modelado de nalgas, las mujeres ya no solo quieren aumentar sus pechos sino modelar las curvas inferiores. Como apunte baste decir que antes de la cirugía las opciones son muchas: hilos tensores, rellenos, prótesis o transferencia de tejido graso propio, lipoaspiración o aparatología reafirmante, tratamientos mucho menos invasivos que una cirugía. Todo sea por tener unos glúteos turgentes.
En Europa no nos quedamos atrás las inglesas se han aficionado al “tittoing” un procedimiento que permite modificar o definir el color de los pezones mediante el tatuaje. Tiene una duración de aproximadamente 18 meses y el tiempo para realizarlo es de dos horas con anestesia local. Originalmente este procedimiento era empleado en personas que sufrían una enfermedad mamaria o que se sometían a una mastectomía para dar un aspecto normal al pecho afectado. Ahora se ha convertido en el must de los tratamientos estéticos, aunque al final solo ofrece a las mujeres otra cosa con que obsesionarse.
En la sociedad actual las mujeres tenemos una lucha diaria, intentamos ser magnificas a todos los niveles y además perseguimos ser perfectas estéticamente, no solo empujadas por nuestras aspiraciones o para sentirnos bien, sino también por el cruel dictado de modas que nada tienen que ver con las mujeres normales. La pregunta es ¿queremos estar hermosas para nosotras o para los demás?.