TOMÀS IBARZ. En una semana, las pintadas de "Arran" en la fachada del PP y la basura esparcida ante la farmacia de Bauzá. Más de un cargo público preferiría un par de días de escrache que este otro tipo de acoso, porque también es acoso. Y además es acoso cobarde.
Al menos, los activistas escracheros van a cara descubierta y se acercan hasta donde les dejan. Es cierto que van en grupo y que son muchos, pero no agreden ni pintan. Y que conste que a mí el escrache no me parece ni de lejos la mejor manera de protestar.
Pero lo de los huevos, las pintadas y la basura se hace para que salga la foto, y, ¡ah! que los autores no salgan nunca.
Estoy por pedir que den la cara. Que esta semana convoquen a los medios y se dejen fotografiar. Y que les pongan multas similares a las que ya tramitan para los del escrache en Madrid y otras ciudades. Pero no hay lo que hay que tener.