Bauzá, translúcido

MARC GONZÁLEZ. Una de las virtudes más demostradas de nuestro president es la de, ante dos alternativas, una de las cuales es la acertada, optar sistemáticamente por la errónea. La verdad, creo que equivocarse siempre es tan difícil como acertar siempre. O sea, que lo único que tendría que hacer el govern es tener un gabinete de correctores de rumbo político que primero preguntara la opinión al jefe o a su consejero silvestre, y luego hiciera justamente lo contrario. Así acertarían siempre y la oposición podría continuar dormitando como hasta ahora, que es lo que les gusta.

Con el asunto de la transparencia, Bauzá ya dijo en los madriles que no comulgaba, no vaya a ser que los ciudadanos comprueben que algunos farmacéuticos –cuando el govern decide pagarles- ganan muchas perras.

Ahora se filtra que la oficina de farmacia de Bauzá factura poco más de un millón de euros anuales a la administración sanitaria, dato parcial que, lejos de beneficiar al president, le acaba de hundir su curiosa tesis de la opacidad económica preventiva.

La actividad profesional de un farmacéutico es no solo lícita y honestísima –salvo prueba en contrario-, sino que supone un importante servicio a la sociedad. Todo el mundo sabe que una farmacia en una población lo suficientemente densa es un negocio para su titular, aunque el govern se las haga pasar canutas para cobrar.

Pero también es cierto que el millón de euros facturado no es la nómina de don José Ramón el boticario, por la elemental razón de que las medicinas no se las regalan, digo yo, y porque tendrá otros gastos generales, de personal, etcétera.

Claro es que, además de lo percibido de sanitat, la farmacia tiene ingresos de particulares que, o bien pasan de ir a hacer colas al PAC –como yo-, o bien adquieren medicamentos no financiados por la administración, o se compran cremitas para las arrugas, caramelos, chupetes o leche en polvo para sus retoños. En fin, que una buena farmacia es una bicoca.

Ignoro la razón por la que Bauzá se muestra tan pudoroso en acreditar sus rentas y su patrimonio, ya sabemos que no se ha metido en política para salir del hoyo. Otros sí, él no. A Bauzá no le reprochamos su clase social acomodada, sino su política. Algunos pueden hacer demagogia barata con lo mal que está que un político tenga pasta cuando todo el mundo lo pasa mal, pero el ciudadano medio no es tan bobo.

Lo dicho, president, cree usted cuanto antes el gabinete corrector de rumbo político y ya verá como lo de su dinero, a los demás, nos seguirá importando un rábano.