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Riesgo

miércoles 23 de enero de 2013, 09:19h

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JAUME SANTACANA. Nunca, jamás, he comprendido la práctica de los deportes llamados “de riesgo”. Francamente, no alcanzo a visualizar el interés que suscita una tal majadería. ¡Cómo si no bastara la peligrosidad que acecha al ciudadano común, desde el momento de su aparición en el famoso “valle de lágrimas!

Pues sí señor: existen individuos perfectamente capacitados para dedicarse a actividades de ocio –con excusas pseudeportivas- que comporten un determinado grado de peligrosidad, básicamente por las condiciones extremas que requieren este tipo de salvajadas.

Algunos miembros de la especie humana, se pirran, literalmente, por practicar la escalada en hielo, el bungee (ese ataque de cordura consistente en atar un cable a la barandilla de un puente –como más alto, mejor…- y sujetar el otro extremo al tobillo del pirado; y luego tirarse, ¡claro!), el parcour (correrse un recorrido urbano –valga la bonita redundancia-  trazando una línea recta; es decir: olvidarse de aceras, calzadas, escaleras, rampas, etc. y dedicarse a circular saltando vallas, muros, paradas de autobús, semáforos…y todo aquello que se ponga por delante: es el progreso.)

 

Hay muchos más ejemplos que demuestran la sensatez de la humanidad en momentos culminantes de sus respectivas vidas. Así y todo, soy de los que piensan que la simple práctica del esquí es una solemne aberración; tanto o más, que la asistencia, un domingo de agosto, al mediodía, a la Playa de Palma.

Echarse por una enorme pendiente helada, con dos palos en los pies, en un ambiente gélido (a menudo con rachas de viento violento, lluvia, nieve, unas temperaturas de todo menos benignas) me parece –y lo digo con cariño hacia los amantes de este apasionante deporte de invierno- una colosal sandez. Así de claro.

El riesgo avisa de un peligro; o de una proximidad. El riesgo no se debe correr nunca: se debe prevenir, mesurar, temer…y luego tomar la resolución que, evidentemente, implique la mayor seguridad y estabilidad. A esto se le llama civilización.

Jugársela, sin ninguna necesidad, es de primitivos.

Además…!para riesgos, la “prima”!

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