JAUME SANTACANA. Desde este humilde rincón pseudo literario, les hago llegar a mis posibles y potenciales lectores, mi cordial deseo de felicidad para todo el año que acabamos de entrar, el 2013.
La cifra en cuestión –maldecida por los malos augurios que, desde siglos la han condenado- no ofrece nada de bueno, ni positivo, ni nada.
Yo nací en trece, y aquí me tienen: sano, robusto, inteligente, amable, simpático, con gancho, con tacto, con un físico atlético y bien configurado; y, sobretodo, con una nariz rozando la perfección. Esto demuestra que los tópicos también se equivocan…Y, por encima de todo, certifica que toda regla tiene sus excepciones.
Personalmente, pienso que este nuevo año va a ser un desastre; un puto desastre. Todo irá mal, al revés. Nada funcionará: la economía se derrumbará definitivamente, las familias se romperán en mil pedazos, la delincuencia aumentará notablemente, en la misma proporción en que crecerá el paro. Los ríos se secarán y los animales morirán de sed y de aburrimiento; Los cines cerrarán por el coste del IVA, y el sol no tostará los cuerpos guiris, con lo que las industrias hoteleras deberán reciclarse en institutos o carnicerías. Las televisiones emitirán –todas en cadena- una especie de “Sálvame”, como única programación…Habrá más incendios domésticos y, probablemente, la gripe hará estragos entre la población civil.
Bueno, pues aun así, reitero mi deseo de bienestar para todas las personas que me leen habitualmente y, por extensión, a sus familiares y amigos. No puedo pedir desgracias a las personas que no me leen (o a las que les desagrada mi manera de escribir o de opinar) porqué sería feo. Pero vamos, tampoco estoy dispuesto a interceder por ellos…
Aquellos que superen este 2013, verán, seguro, una luz radiante que, apareciendo desde el horizonte lejano, les ofrecerá un cúmulo de dichas y felicidades; les hará conocer a la Verdad Pura, así como respirar delicias celestiales. Estarán en “otro mundo”.
¡Eo, sólo aquellos que superen el 2013!
Los otros: no se hagan ilusiones: el invierno será crudo. Muy crudo.