Lo último, las compras terapéuticas

GEMA MUÑOZ. Dicen que en la vida todo depende del color del cristal con que se miran las cosas, estamos en una de esas semanas en el que las sensaciones pueden ser contradictorias, son los últimos días del año y los primeros de otro, es momento de reflexionar sobre lo que hicimos o dejamos de hacer, también sobre lo que haremos, es tiempo de buenas intenciones y propósitos, de recuerdos y añoranzas.

Es un espacio de tiempo donde todo se para, pero a la vez no podemos olvidar, que cuando se termine este compás de espera, volveremos a un mundo acelerado, ruidoso, donde la información circula a velocidad de vértigo, por eso encontrar espacios donde poder sentirse tranquilo, relajado sin presiones de ningún tipo, se convierte en una prioridad.

El mundo de los negocios tampoco se detiene, no deja de pensar en formas novedosas de vender sus productos, en los almacenes Selfridges, han decidido dar una vuelta de tuerca al modelo de negocio, creando la zona “No Noise”, en ella se solicita al cliente que deje en la puerta zapatos y teléfonos móviles. De lo que se trata es de conseguir un espacio donde la tranquilidad sea la premisa, donde olvidar el ruido y el ritmo acelerado del día a día, lo han denominado “compras terapéuticas”.

En este espacio puedes encontrar productos de marcas minimalistas de inspiración zen como Maison Martin Margiela, Jil Sander o Ann Demeulemeester, firmas prestigiosas con un estilo muy particular.

Aunque aún no está inaugurada – se inaugura el 11 de enero- Selfridges pretende ofrecer a sus clientes un ambiente que les invite a hacer las compras con comodidad pero sobre todo relajación.

Otra de las características de la zona “No Noise” es que la mercancía no dispondrá de etiquetas, de esta forma el consumidor podrá hacer una elección de lo que realmente le convenza, evitando las compras compulsivas que terminan abandonadas en un armario para siempre.

El espacio también contará con un equipo de expertos en paz mental y meditación, que servirán de guías para el “shopping relax”, llevándolo tener a tener la sensación de que realiza más un ejercicio espiritual que una compra, lo que se traduce en una venta cien por cien emocional.

Amigos adiós a los viajes a la India, visitas al Maestro Po o al Dalai Lama, el camino de la iluminación está más cerca de lo imaginado, la paz de espíritu esta en Selfridges y cualquiera pueda alcanzarlo, siempre y cuando esté dispuesto a comprar y gastar.