TOMAS IBARZ. Cuesta ver el futuro inmediato con optimismo. Por lo tanto, disfruten todo lo que puedan de estas fiestas.
Esta semana hemos escuchado a Mariano Rajoy decir que 2013 no será peor que lo que hemos vivido los últimos doce meses. Suponiendo que se cumple su profecía, creo que me toca discutirle la afirmación.
Verán. Si este año ya se ve por la calle que el consumo de las familias muestra de todo menos alegría, ¿qué escenario nos espera para las Navidades de 2.013?
Poniendo el caso de que el número de parados sea el mismo (por lo tanto, no será peor), lo cierto es que llegaremos a las compras navideñas habiendo pagado algún que otro transporte al hospital (un detallito de Ana Mato), la lata de coca-cola y la botella de cava ya serán bastante más caras (gracias al impuesto de Aguiló), todo lo que compremos en las grandes superficies también habrá subido de precio (por el otro impuesto de Aguiló), si en nuestra actividad profesional hemos necesitado alquilar un vehículo también pagaremos una tasa nueva (tercer regalo de Aguiló). A todo esto, súmenle las subidas correspondientes por IPC, luz, gas, agua, etc....
Navidades 2013. A ver cuántos comercios llegan con la persiana levantada. Aprovechemos las de 2012 que parece ser que a éstas sí llegamos.