La indefinición del presidente del Govern, José Ramón Bauzá, a la hora de afrontar de una vez por todas qué es lo que quiere hacer en materia de impuestos está provocando un grave desasosiego en la ciudadanía, porque no se puede estar cada semana anunciando nuevas medidas.
Esta política de subir los impuestos con cuentagotas ofrece una imagen de indefinición del Govern que no es lógica a los pocos meses de legislatura y que hace que la oposición, aunque carece de toda credibilidad, se crezca por momentos.
No se puede decir hoy no y mañana sí y, además, añadir la coletilla de “si las circunstancias no nos obligan”, porque a estas alturas ya deberían saber muy bien cuál es la situación real y las medidas a adoptar.
El último anuncio es la aplicación del céntimo sanitario, con lo que los ciudadanos de las Islas pagarán no sólo la gasolina a precio de oro y por encima del resto de comunidades autónomas sino que, y lo que es peor, provocará una subida en cascada imparable, empezando por los transportes y terminando por los productos básicos. Y eso lo sabe cualquiera, aunque no sea economista.
Mientras tanto, los socialistas, que lo hicieron tan bien que aparecen agujeros por todas partes, se alían con UGT, y el inefable Lorenzo Bravo retrocede a la época de la invasión francesa y nos llama a convertirnos en guerrilleros, salir a los caminos y luchar contra Pepe Botella.