Tan duro e imperturbable hasta ahora, el juez José Castro ha mostrado una faceta hasta ahora desconocida y una prudencia que no se le ha visto con otros presuntos corruptos. El magistrado del ‘caso Palma Arena’ ha decidido no imputar a la Infanta Cristina en la pieza de Nóos para no estigmatizarla gratuitamente, cosa que sí ha hecho con otros muchos imputados. ¿Qué le ha pasado a Castro?
Sorprende el exceso de celo de un juez a quien no le ha temblado el pulso a la hora de imputar a un sinfín de políticos, especialmente del PP, y de hacer registros incluso el día de Nochebuena. Con ellos ha demostrado una firmeza inquebrantable, una dureza draconiana que los ha estigmatizado de por vida y condenado a ojos de la opinión pública, pero con la hija del Rey el juez estrella de Palma se ha desinflado.
Dice en su auto que no hay indicios incriminatorios que demuestren quela Infanta participaba de los negocios presuntamente irregulares de su marido, aunque tampoco se han gastado muchas energía en intentar buscarlos como sí ha ocurrido en otras piezas separadas del Palma Arena en las que se ha buscado hasta debajo de la alfombra.