El circo de Urdangarín llega a su fin

El circo en el que se ha convertido la declaración del duque de Palma por sus presuntos tejemanejes en el Instituto Nóos alcanzará su máxima representación mañana cuando se desvele el gran misterio que tiene en un sin vivir a los numerosos periodistas acreditados y a la sociedad en general: ¿Bajará Iñaki Urdangarín a pie o llegará en coche hasta la puerta de los juzgados?

El asunto no es un tema baladí y ha hecho correr ríos de tinta en periódicos, ocupado minutos en radios y televisiones y ha sido objeto de los más sesudos análisis por parte de expertos y otros que no lo son tanto en asuntos de este tipo.

Yo creo que a estas alturas de la película, cuando la sociedad cree en su culpabilidad y ha dictado condena, el hecho de que Urdangarín recorra a pie los pocos metros que hay hasta alcanzar la puerta de los juzgados solo puede beneficiarle puesto que ayudaría a dar una imagen de normalidad.

Permitir que los periodistas capten el famoso paseíllo despojándole de cualquier trato de favor demostraría que, como dijo el Rey en Navidad, “todos somos iguales ante la ley”.