Las protestas de estudiantes en Valencia por los recortes en Educación disueltas con cargas policiales que a todas luces parecen excesivas –ahí están las imágenes para quién las quiera ver- han generado un gran debate sobre si hubo excesos o no en la actuación de las fuerzas de seguridad y han puesto en un brete al ministro del Interior.
En una situación así es cuando un político debe demostrar su valía, su mesura y su saber estar, sin embargo Jorge Fernández Díaz no ha estado a la altura de las circunstancias. Primero reconoció que pudo haber algún exceso de los antidisturbios, para horas más tarde dar marcha atrás y aclarar que cuando hablaba de excesos se refería a que en las protestas se habían infiltrado radicales.
El ministro trata de defender lo indefendible, las cargas policiales fueron desmesuradas como demuestran los centenares de vídeos que circulan por la red. Por otro lado, Fernández Díaz no debería olvidarse de que los policías no actúan por su cuenta y riesgo sino que reciben órdenes del jefe superior de Policía de Valencia, quien a su vez sigue las instrucciones que le marca Delegación de Gobierno, órgano dependiente del ministerio. Pero como siempre nadie asume responsabilidades y al final el muerto se lo cargan a los agentes que al fin y al cabo lo que hacían era cumplir con lo mandado.