Cerca de 10.000 personas (multipliquen por 10 euros cada una) ya han renovado la tarjeta sanitaria, según datos facilitados por el propio Ib-Salut, que nos sigue “vendiendo” las maravillas del nuevo documento, con alta tecnología incorporada, pero nadie nos dice cuál va a ser el futuro de esta tarjeta.
¿Y por qué? Muy sencillo, porque la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha dejado claro que habrá una tarjeta sanitaria única para todo el Estado, con el fin de evitar los problemas de atención surgidos entre autonomías. Entonces, ¿si va a existir un documento único, valido para todo el territorio nacional, para qué queremos este invento dela Conselleria de Salut? ¿Tendremos dos tarjetas, la local y la nacional? ¿Habrá que pagar por las dos?
Las dudas están ahí y lo están porque Salut, en lugar de esperar, se ha sacado de la manga una tarjeta recaudatoria a las primeras de cambio, y como ya ha se han encargado de dejar claro, quién no la renueve se enfrenta a la posibilidad de que sólo le atiendan en caso de urgencia, el personal no tiene más remedio que desembolsar los 10 euros, que no son otra cosa que un copago o un impuesto, como ustedes prefieran.