Lamentable la foto que hoy publica la prensa de un grupo de alumnos del Instituto Ramon Llul ataviados con gorro, bufanda, guantes e incluso con mantas para protestar porque en su centro de educación ya no se pone la calefacción debido a la crisis. Sinceramente si yo fuera el conseller del ramo se me caería la cara de vergüenza.
El problema ya se veía venir hace meses cuando varios institutos alertaron de que la Conselleria no pagaba lo que les debía y al final se han cumplido los presagios. Nadie ha hecho nada. Se han firmado créditos con entidades bancarias pero ni uno solo de esos euros ha ido destinado a aliviar la grave situación económica de los institutos. ¿Qué será lo próximo, cortar la luz y obligar a los alumnos a estudiar con velas y candiles?
Es innegable que las cuentas del Govern están como están y que no andan precisamente sobrados de liquidez, pero hay partidas que deben ser prioritarias. El sistema educativo en sí ya deja mucho que desear sin que le añadamos nuevos alicientes para la desmotivación.