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Sea como sea, tenemos un grave problema con la Justicia

jueves 26 de enero de 2012, 10:36h

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Cabe la posibilidad de que Camps, el expresidente de la Comunidad Valencia, sea culpable de los delitos que se le han imputado y que, sin embargo, haya sido absuelto. En ese caso, el problema con la Justicia española empieza a ser muy profundo porque ni siquiera con el jurado que tan vehementemente defendió la izquierda parece que tengamos las cosas claras.

Pero hay una segunda posibilidad: que Camps sea realmente inocente, en cuyo caso la Justicia ha dictado un veredicto correcto pero, si esto fuera así, entonces tenemos que revisar el procedimiento que conduce a este dictamen porque, desde luego, si el expresidente no es culpable, entonces el desgaste y la agresión de que ha sido objeto son inaceptables, vergonzosas, terribles, inadmisibles en un país serio.

O sea, en cualquier caso, estamos ante un problema de gran profundidad: ola Justiciano funciona o los acusados en este país son acribillados, destruidos, para finalmente darles un dictamen que les deja sin culpa, cuando ya no tiene remedio.

Esto último, la posibilidad de que Camps haya sido arrollado siendo inocente, se hubiera podido evitar si todo el proceso de investigación tuviera algún rigor; si cada paso que da la Policía y la Justicia no se publicara en los medios de comunicación; si se respetara una cierta discreción en todo esto hasta que se llega al dictamen final. Se hubiera debido evitar porque, encima, no son acciones necesarias para aportar pruebas sobre la culpabilidad. Es obvio que no es posible hacer un juicio sin que se arroje una cierta sospecha sobre los acusados, pero de eso a que hayan sido masacrados, dista el mismo trecho que va entrela Justicia y el abuso.

En cualquier caso, no olvidemos la situación de este país y de nuestro sistema legal: en una autonomía en la que prácticamente todo el mundo habla de que ha habido corrupción, allí donde parece que las cosas no se hacían precisamente con mucho rigor, se juzga a un presidente por una estupidez, por una minucia como es recibir un regalo, para que acabe absuelto.

O sea, en este país la gran obra pública no se investiga porque debe ser que los políticos no se han dado cuenta de que las comisiones en estos asuntos podrían ser jugosas, mucho más que recibir trajes; pero sí se estudia si por mil euros se pudo producir una conducta incorrecta. Y, encima, para acabar con la absolución.

Definitivamente, sin Justicia (en todos los sentidos), no podemos llegar lejos. Y esto es muy grave.

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