Muchos han aprovechado lo que ha ocurrido en Italia para explicar cómo está Europa: un timonel que se inventa el trazado, que nos lleva por donde quiere porque se cree que va solo, que lleva la nave hasta situaciones extremas para que un amigo vea su isla y que cuando aquello choca nos miente, no sabe cómo salir del lío y, encima, es de los primeros en largarse y dejarnos con el agua al cuello.
Ustedes verán: la imagen es casi perfecta, salvo que mientras en el caso del crucero hay alguien que parece que va a ir a la cárcel, en Europa y en España, y en el sistema financiero de nuestro país, sólo hay medallas a repartirse, mientras nuestros hijos tienen que emigrar fuera para poder sobrevivir.