Hasta ahora la expresidenta del Consell de Mallorca y candidata a liderar el PSIB, Francina Armengol, se había escudado en la crisis económica y en la gestión de Zapatero para justificar la debacle socialista en las elecciones autonómicas primero y en las generales de noviembre después, sin asumir su (gran) parte de culpa. Una postura idéntica a la adoptada por Francesc Antich y Aina Calvo que lejos de asumir sus propios errores echaron la culpa a otros.
Ahora, casi ocho meses después de la debacle electoral, la Federación socialista de Mallorca, que preside Armengol, la ha despojado de todas las excusas y afirma en la ponencia para el congreso insular que la derrota sin precedentes del PSIB se debió a la “falta de rumbo del PSIB y a errores propios” y cuestiona muchas de las decisiones tomadas por la entonces presidenta del Consell de Mallorca.
Ha tenido que pasar casi un año para que los socialistas o más bien una parte de ellos por fin se decidan a hacer autocrítica y a asumir que su “desorientación ideológica” y su cercanía a posturas más radicales les ha llevado a esta travesía por el desierto que aún durará como mínimo cuatro años.