Atracado con el apoyo de las autoridades

Observo con satisfacción que casi nada ha cambiado en estos pocos días en que estuve fuera, aprovechando, como siempre que puedo, algún vuelo barato (que, por supuesto, nunca es en una compañía de las tradicionales, que, por cierto, gracias a sus fantásticos pilotos, casi siempre están en huelga). Pero sigo comprobando que aquí algunos hacen negocios espectaculares.

Ayer llegué a Palma y me habían acudido a esperar. Entre una cosa y otra, salí con un poco de retraso, de forma que quien me había venido a esperar no pudo ajustarse a los 30 minutos gratuitos que te ofrece el aeropuerto, una vez que ha erradicado la posibilidad hasta de detenerse en sus inmediaciones, bajo vigilancia policial. Correcto, aquello de antes no era admisible, con dobles y triples filas. Pero, por el retraso, nos pasamos de 28 minutos. ¿Precio por este aparcamiento? 1.45 euros.

Ustedes verán: me parece fantástico que el aeropuerto haya puesto orden en aquel abuso que era aparcar de cualquier manera, pero 1,45 euros por 28 minutos de exceso sobre los 30 que son el objeto de obsequio me parece un atraco inaceptable. Otro más. Porque además se produce en situación de monopolio, sin que pueda hacer nada más que pagar o pagar.