El Govern habría nombrado como subdirector de gestión de Gesma a un chico que sólo tiene el bachillerato y que da la casualidad de que es presidente de Nuevas Generaciones del PP en Palma. El joven en cuestión antes había sido celador en Son Dureta. El currículum al que hace alusión Diario de Mallorca, afirma que tiene un nivel excelente de español y que tiene el B de catalán. O sea, suficiente para ganar 49 mil euros y para ser subdirector de una empresa hospitalaria pública.
Salvo que la información haya cometido el desliz de olvidar algún detalle sustancial, salvo que se trate de una intoxicación, este nombramiento sólo merece censura. Sinceramente, no era esto lo que creí entender en los mensajes regeneracionistas que se lanzaron en la campaña electoral.
Todos los partidos tienen excelentes colaboradores que se dejan la piel para ganar las elecciones, pero no suelen ser expertos en gestión sanitaria. Habrá que ir buscando otras fórmulas para premiarlos. Ya sabemos que no se conforman con una palmada en la espalda, pero es que en los tiempos que corren esto es muy duro de admitir.
Quienes deseamos que de una vez por todas se introduzcan criterios de rigor en la gestión pública, no podemos dejar de decir que no basta con ser un joven batidor “de los nuestros” para ocuparse de lo que todos tenemos que pagar con nuestros impuestos.