364 días de los inocentes

Por fin hoy todo se entiende. Por fin hoy cuando leamos un titular surrealista en la prensa podremos decir que es 28 de diciembre y que, claro, se trata de una broma. Hoy, precisamente hoy, no hay que preocuparse porque hay un motivo para ello: hoy sabemos qué razón ha llevado a anunciar ese absurdo. El problema es el resto del año, cuando se leen noticias inexplicadas y uno mira el calendario y tiene que pensar que aquello es verdad.

El problema es cuando cada pocos fines de semana de una cumbre de Bruselas sale la noticia, de nuevo, de que acaban de resolver la crisis del euro; o que el consejo de Ministros acaba de adoptar un 'paquete' de medidas para relanzar la economía; o que los sindicatos han acordado cómo defender los derechos de los trabajadores. La tragedia es cómo explicarse las cifras de paro que da el INEM, el INE o quien sea sin que sea 28 de diciembre; cómo nos aclaramos con las pérdidas de la Sanidad, la deuda pública de las autonomías o los recortes que no afectan a nadie y que, nos cuentan, resuelven los problemas. Cómo se entiende si no es el día de los inocentes que las cajas de ahorros que hay que rescatar con miles de millones de euros de ayudas públicas eran las mismas que el día antes eran ejemplares para las autoridades autonómicas y nacionales encargadas de su vigilancia; cómo podemos explicarnos que el banquero  condenado porla Justicia resulta indultado por el Gobierno de los pobres, según nos dijeron en la campaña electoral.

Las inocentadas se entienden, claro. Lo que no se entiende es cómo vivimos el resto del año, con noticias que son incomprensibles y que, sin embargo, no tienen una explicación tan sencilla como la de que es una broma.

O sea que hoy, descansemos