Pleno del Consell de Mallorca, ayer: la oposición propone que se establezca un calendario de pagos para que los ayuntamientos cancelen su deuda con la empresa Tirme, la proveedora de los servicios de procesado de la basura. La deuda es de 90 millones de euros que, por supuesto, la empresa en cuestión está teniendo que abordar y financiar. ¿Han cobrado los ayuntamientos la tasa a los vecinos de sus respectivos municipios? Sí. ¿Qué han hecho con ese dinero? Por supuesto, atender otras necesidades más urgentes, que les quemaban en las manos. Pero, sea cual sea el destino que han dado al dinero, estamos ante un caos.
El Gobierno del Consell se negó a atender la petición de la oposición -oportunista, por supuesto- aduciendo que no es el momento. ¿Cómo? ¿Cuándo es el momento de que un ente público asuma sus deudas? La mayoría popular explica que en estos momentos los ayuntamientos están ahogados, lo cual es cierto, por lo que habrá que esperar a más adelante.
Es comprensible lo que se señala, pero ello no impediría que se haga un calendario de pagos, con periodos más o menos largos. La empresa acreedora también tendrá derecho a que alguien se comprometa a algo para una fecha concreta, lo cual no significa que esa fecha sea necesariamente mañana. Pero no, aquí las cosas se hacen así. Nadie lo hubiera imaginado.