La Obra Cultural Balear con su presidente, Tomeu Martí, al frente, “asaltó” ayer ONA Mallorca y, con la ayuda de representantes del GOB, STEI y UGT, volvió al aire por unos minutos. Me parece muy bien que reivindiquen la libertad de expresión y la continuidad de la emisora de radio, pero no con el dinero de todos y en un momento en el que las prioridades son otras y mucho más cuando todos los “asaltantes” saben que la libertad de expresión y la pluralidad informativa están más que garantizadas.
Por tanto, y dado que el denominado Consell de la Societat Civil de Mallorca clama por la continuidad de Ona Mallorca, no estaría de más que la multisubvencionada OCB se quedase con la emisora. ¿Por qué no crear una cooperativa entre todas las organizaciones que claman por su continuidad y seguir adelante? ¿Por qué no asumir con sus subvenciones, sindicatos incluidos, el coste que supone mantenerla abierta? Creo que sería la solución perfecta y, además, les permitiría demostrar con hechos lo que predican con palabras.