Las discotecas ilegales constituyen un auténtico atentado contra la seguridad y mucho me temo que esta redada de la Policía Local sólo haya destapado la punta del iceberg, porque este tipo de locales se extienden a lo largo y ancho de la Isla, pero si algo parece claro es que el tema no debe acabar en una simple multa, porque a los dueños les sale más rentables pagarla y pasado un tiempo volver a abrir las puertas.
Y ya no se trata de que no tengan licencia, de que permitan la entrada de menores o que superen el aforo permitido, sino de que cualquier día puede declararse un incendio o una alarma y ocurrir una auténtica tragedia.
Estos locales deben ser precintados y desmantelados y las multas no sólo deben ser muy elevadas sino, además, acompañadas de penas de cárcel, porque más vale prevenir ahora que lamentarse después.