El exconseller Jaume Carbonero vuelve a ser, una vez más, ejemplo de mala gestión, de lo que no se debe hacer en política independientemente de que haya crisis o no, de cómo gastar tontamente el dinero de los ciudadanos y no precisamente en beneficio de estos.
En plena crisis, cuando muchos ciudadanos empezaban a perder su trabajo y se quedaban sin recursos para pagar su casa, las facturas e incluso para comprar comida, el dirigente socialista se fundió otros 400.000 euros públicos y no precisamente en la construcción de viviendas de protección oficial.
Carbonero empleó esta suma en remodelar a su gusto y con todo lujo de detalles la conselleria que dirigía. ¿Por qué? Simplemente porque le dio la real gana. ¿Acaso el edificio de Vivienda estaba vacío? ¿No había ni una mísera silla para sentarse? Pues resulta que no. El edificio estaba completamente acondicionado, pero el exconseller decidió amueblarlo de nuevo, eso sí, esta vez con alfombras, sofás y lámparas de primera calidad.