El Govern ha vuelto a comprometerse con gastar más en investigación y desarrollo. Lo hace periódicamente, pero como siempre, nada de esto funciona. Los datos de gasto en estos conceptos son vistos como positivos porque aportan conocimientos, valor. Pero desde siempre estamos en otra órbita.
Habría que preguntarse si este gasto es útil y necesario (algo que nadie se cuestiona): en parte, por supuesto, es algo imprescindible. Pero en parte, esta obsesión con el i+d es una payasada. Algunas cosas que son i+d son realmente importantes, pero algunas son tonterías que esconden subvenciones a amigos y conocidos para que hagan turismo, para que paseen, sin que produzcan nada valioso. No es algo que guste decir, pero es así. Hay trabajos supuestamente valiosos que no le interesan a nadie, que no aportan conocimiento, que dan risa.
Naturalmente, una sociedad avanzada gasta en i+d, pero este gasto viene después de que los investigadores tengan una trayectoria en el trabajo, después de que se haya producido una cierta maduración del terreno. No es sólo una cosa de poner dinero y listo. Porque eso puede conducir a hacer estudios absolutamente ridículos, sobre temas que sólo permiten justificar facturas.
Lo que sí funciona es la relación entre la empresa y la investigación, algo que en Baleares si no está muerto, lo parece. Los productos, las técnicas comerciales, el marketing, la innovación requieren investigación. Pero mucho de esto se hace al margen de los investigadores (que a veces van a su aire) y al margen del dinero público, el cual sólo se gasta en conceptos menos vinculados a la realidad.
Este tema, como muchos otros, va de aquella manera, donde prima lo políticamente correcto, donde no hay continuidad en la gestión ni en las políticas, y como quiera que los resultados nunca se ven a corto plazo, y como todo nuevo mandatario quiere cambiarlo todo, vamos a bandazos, para no movernos del mismo sitio en años.