El edificio de Gesa, una herencia envenenada
lunes 14 de noviembre de 2011, 12:14h
El edificio de Gesa se levanta en el centro de la fachada marítima como una mole vieja, obsoleta, degradada y desvencijada, una auténtica herencia envenenada que ahora hay que arreglar por no menos de 30 millones de euros. ¿Y todo esto por qué? ¿Cuál era el valor arquitectónico de un edificio que nos va a salir a todos por un ojo de la cara? ¿Cuál el empeño del Consell de María Antònia Munar de mantenerlo en pie?
Y aquí está, abandonado y sometido al vandalismo de unos cuantos, sin que nadie haya movido un dedo. Este edificio singular se ha convertido en un edificio en ruina, mientras unos y otros miran para otro lado.
Guste o no, nuestros gobernantes están obligados a abordar este tema y a darle una salida de una vez por todas. Mientras tanto, me gustaría que, de una vez por todas, se aprobase una ley que hiciese responsables a los políticos de los resultados de su gestión y no a los ciudadanos, que son los que tienen que cargar con la incompetencia de unos y la desidia de otros.