He leído que los diputados del Partido Popular en el Parlament balear se han opuesto a que sus bienes se puedan hacer públicos porque, señalan, son demasiadas reformas del reglamento de la Cámara. Supongo que más de un socialista ha respirado tranquilo, también.
Yo tengo cuatro comentarios a hacer a este respecto:
Primero, afirmar que no se hará público el patrimonio y las retribuciones para no modificar demasiadas veces el reglamento de la Cámara me parece un argumento sin peso, no convincente que más bien apunta a otras razones bien diferentes. Hemos cambiado la Constitución en agosto, o sea que el reglamento de la Cámara....
Segundo, que se plantee que sean los diputados y no los consellers y directores generales quienes tengan que hacer públicas sus rentas y patrimonios es como que un banco le ponga un guarda de seguridad a la señora de la limpieza y no al cajero. Los diputados no sólo no ven ni un euro, sino que no tienen capacidad de decisión alguna en temas económicos.
Tercero, me parece absolutamente normal que los ingresos que tienen los diputados, al menos aquellos que proceden del sector público, sean públicos. Pero ¿es que no lo son? ¿Es que no son los que aprueba la Mesa del Parlament y que, euro más, euro menos, todos conocemos?
Y, cuarto, mucho más importante a mi entender, no es admisible que ventilemos públicamente el patrimonio que tienen, porque esto es en parte puro cotilleo, en parte hacer público algo que no tiene nada que ver con su actividad política. Un diputado tiene derecho a tener el patrimonio que pueda, tiene derecho a aspirar a estar en la vida pública al margen de su riqueza lograda antes de su entrada en la política y nada de eso nos aporta información alguna sobre su valía, su entrega, su rigor o su 'alegría' con el dinero ajeno.
En cambio, tras la experiencia vivida en los últimos años, yo creo que sería mil veces más interesante para todos, que el Govern hiciera públicas en Internet todas las ofertas íntegras que los particulares presentan a los diversos concursos de obras y servicios que se convocan, así como cuál ha sido la elegida. Esto, por supuesto, sería mucho más efectivo que no medidas como las antes mencionadas. Pero, no se sorprendan, nadie lo propone ni nadie lo exige.