No ganamos para sustos. No nos habíamos recuperado aún del asunto de la ampliación del aeropuerto de Palma que ahora será “reformulada”, que no descartada, y nos enteramos de que Argelia se ha apropiado de Cabrera como Marruecos de Perejil en 2002. Realmente no han invadido aún el archipiélago, pero se han hecho suyas una parte importante de las aguas del Parc Natural. Por algún lado debían empezar. En estas delicadas materias hay que ser desconfiado y comportarse como lo haría cualquier payés mallorquín al que su vecino le cierra un camino o le ocupa un boci de marjada. Ese es el primer paso para que te acabe quitando de por vida lo que un día fue tuyo. Suerte que a los moros les ha dado por okupar las aguas de Cabrera y no han puesto sus ojos en las Pitiusas, que las tienen más cerca aunque allí no hay petróleo.
Sin embargo, habrá que hacerse a la idea de que con la ampliación del Parc Natural nos puede acabar saliendo el tiro por la culata porque ampliando, ampliando, se llega a aguas argelinas y los argelinos han encontrado la forma de devolvernos la humillación y el escarnio del Firó de Sóller o la gesta de Joan Mas en Pollença. Pero no está todo perdido. Alertados como estamos de la llegada de los piratas berberiscos a las aguas de Cabrera, que es término municipal de Palma, la capital de Mallorca y de les Illes Balears, debemos alistarnos para el combate. Mi generación no ha conocido la guerra pero los buenos tiempos se han terminado.
Més per Mallorca, ahora en el Govern, llegó al nivel de pedir la desmilitarización de la UME y oponerse a la existencia misma de las Fuerzas Armadas y de su presencia en nuestra Comunidad Autónoma. Es por ello que para resolver el problema y recuperar Cabrera será necesario acelerar el proyecto de creación de la Policía Autonómica, para que los Mossos d’Esquadra a la balear, pongan fin a esta invasión. Por las buenas o por las malas. Y AENA que vaya alerta, que los payeses mallorquines tiene también para ellos si hace falta.