El fútbol regresa, de acuerdo, pero ¿en qué condiciones y bajo qué normas y limitaciones? Para empezar, como hemos dicho, sin la presencia de público. Hasta nueva orden, todos los choques que se disputen lo harán en recintos prácticamente vacíos, en los que solo se permitirá la presencia de los jugadores titulares y suplentes de ambos equipos contendientes, los miembros de los respectivos cuerpos técnicos, el árbitro principal y sus asistentes, unos pocos directivos y representantes de los equipos que se enfrenten, un pequeño grupo de empleados del club anfitrión (básicamente, los vigilantes de seguridad, ya que las cafeterías y otras dependencias del estadio permanecerán sin servicio), y los periodistas y enviados de radios, televisiones, prensa y otros formatos informativos, cuyo número quedará restringido a un número limitado de acreditaciones por cada medio.
Para muchos observadores, la ausencia de aficionados en las gradas restará a los partidos uno de sus ingredientes más característicos. Sin embargo, hoy por hoy, no parece existir otra opción que aceptar y asumir esta circunstancia. Así lo ha advertido, cada vez que ha tenido ocasión, la presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, sobre todo a partir de que algunos clubs, como la UD Las Palmas, hayan planteado la conveniencia de que en aquellos territorios, como es el caso de Canarias, instalados en la fase 3 del plan de desescalada, se pueda autorizar la presencia ‘in situ’ de seguidores.
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La respuesta de Lozano, y, en definitiva, del Gobierno ha sido un ‘no’ rotundo, entre otras razones porque no todas las comunidades y provincias han accedido a la misma etapa de desconfinamiento y, por tanto, se estaría incurriendo, a juicio del CSD, en un agravio comparativo entre los conjuntos de las dos principales categorías del fútbol español: unos podrían jugar sus compromisos ante su público, y el resto no. Evidentemente, esta posibilidad ha sido cortada de raíz casi en el mismo momento en que el presidente de la UD Las Palmas la formuló.
Eso sí, las perspectivas sobre el regreso del público a los estadios son más halagüeñas que, por ejemplo, un mes atrás. En ese momento, la previsión era que la apertura efectiva de los recintos deportivos no se produjera hasta bien entrada la temporada 2020-21, pero la buena evolución del Covid-19 durante las semanas más recientes abre una ventana a la esperanza de que se pueda anticipar la autorización de la presencia de seguidores en las instalaciones deportivas. ¿Cuándo? Eso dependerá, lógicamente, de que los datos sobre el coronavirus sigan su tendencia actual de retracción, pero, en cualquier caso, no parece en absoluto probable que sea antes de la finalización de la temporada actual.
GRADAS VIRTUALES PARA RECREAR EL AMBIENTE DE LOS ESTADIOS
Aún así, los clubs no se resignan a que sus estadios se conviertan en recintos desangelados sin alma ni pasión. El público es insustituible, por supuesto, pero la tecnología actual ofrece alternativas que pueden compensar, al menos parcialmente, la ausencia de los aficionados. Precisamente, hace apenas unos días, la Liga dio a conocer las novedades en materia audiovisual que traerán consigo estas once jornadas que restan para finalizar la competición.
Las innovaciones se han implementado, principalmente, en torno a dos grandes bloques: la creación de una grada virtual, con imágenes y audios, y el ajuste de las imágenes de seguimiento de los partidos para que, a través del incremento del número de cámaras y las mejoras introducidas en su localización, los espectadores que estén viendo el encuentro mediante la televisión, sea en sus casas, en un local social, en la sede de una peña, o en un bar o cafetería, puedan disponer de una visión más completa y satisfactoria del choque entre su equipo y el conjunto rival.
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En las nuevas retransmisiones, las gradas estarán virtualizadas y reproducirán la imagen de aficionados a tamaño real, identificados con los colores del club local. Para desarrollar esta digitalización, LaLiga ha contado con la colaboración de la compañía noruega VIZRT, que también trabaja con otras ligas europeas. En algunos momentos en los que el juego esté parado, esa imagen del público podrá transformarse en una lona de color monocromo que incorpore, por ejemplo, mensajes institucionales.
SONIDO ENVOLVENTE Y A LA MÁXIMA CAPACIDAD
Esta innovadora retransmisión contará también con un sonido virtual, de carácter envolvente y con la máxima capacidad técnica, que ha sido obtenido en colaboración con EA SPORTS FIFA dentro del proyecto ‘Sounds of the Stands’ (‘Sonido de las Gradas’). Este sistema utiliza la biblioteca de recursos de audio grabada por el patrocinador oficial de LaLiga en estadios reales, habiéndose procedido a efectuar una adaptación digital en tiempo real que los espectadores podrán apreciar durante la retransmisión.
A través de este procedimiento, los momentos específicos y característicos de un partido dispondrán de su propio sonido. Así ocurrirá, sin ir más lejos, cuando se marque un gol o se vaya a lanzar una falta peligrosa. Estos sonidos se reproducirán mediante la modalidad de audio ‘Atmospheric’, una de las técnicas más innovadoras de cuantas existen actualmente en este ámbito.
Evidentemente, estas características especiales de audio y video no se mantendrán durante todo el tiempo que dure el partido. De forma paralela, existirá una señal que reproducirá las gradas originales y reflejará en tiempo real el desarrollo de la contienda. Al mismo tiempo, cada club tendrá la opción de decorar o complementar sus localidades con los elementos que encuentre oportunos. Algunos equipos ya han anunciado que situarán fotografías a tamaño real de aficionados, escudos, camisetas oficiales… Cada conjunto de Primera y Segunda División ha diseñado su propia hoja de ruta para que los futbolistas se sientan acompañados, y los seguidores disfruten en mayor medida de la retransmisión.
Sobre el terreno de juego, como ya se ha apuntado, algunas cámaras cambiarán su ubicación y se habilitarán en posiciones que antes se descartaban para no entorpecer la visión del partido desde la grada. Así, la cámara aérea modificará su vuelo para ofrecer planos innovadores, la cámara de banquillos se trasladará a la grada contraria utilizando teleobjetivo, y las cámaras del túnel de vestuarios serán robotizadas, por razones de seguridad sanitaria.
SIN CORRO DE PASAMANOS
Un aspecto crucial en esta ‘nueva normalidad’ de la competición futbolística viene marcado por los comportamientos que deberán observar escrupulosamente los jugadores y los miembros de los cuerpos técnicos durante los partidos. Para empezar, se ha acabado el ritual de dar la mano a los futbolistas rivales y a los árbitros. Cualquier saludo o muestra de cordialidad entre los profesionales que se hallen en el estado deberá efectuarse guardando la distancia social preceptiva de 2 metros.
Esta circunstancia afecta directamente a la celebración de los goles, uno de los momentos en que los jugadores acostumbran a enzarzarse en una suerte multitudinaria de besos, abrazos y un ilimitado repertorio de piruetas colectivas. En este reencuentro con la competición, estas efusiones físicas no estarán permitidas y el colegiado del choque vigilará muy rigurosamente el cumplimiento de esta restricción para evitar cualquier transgresión de la misma en el ‘sofocón’ de la contienda.
Ahora bien, salvo que estas actitudes se produzcan de forma reiterada, no parece probable que lleven aparejada una amonestación en forma de tarjeta amarilla. Más bien, el árbitro se limitará a echar el sermón a los infractores. Y eso mismo hará si ve a un jugador escupir sobre el terreno de juego o realizar una expectoración voluntaria. Si reñirles será suficiente persuasivo para que los profesionales se ajusten a las normas, ya es harina de otro costal.
CINCO SUSTITUCIONES POR EQUIPO
Desde la perspectiva de la competición, la principal innovación de la nueva normativa es que los entrenadores de ambos equipos podrán ordenar cinco sustituciones, y no solo dos más el portero, como ocurría actualmente. De esta manera se pretende aminorar el tiempo de posible exposición al virus, y también facilitar algo más de oxígeno a los jugadores, los cuales, desde esta semana y hasta que finalice el campeonato tanto en Primera como en Segunda División, deberán afrontar la disputa de un partido cada tres días. El Real Mallorca, sin ir más lejos, debutará el sábado 13, a las 22 horas, en Son Moix, ante el FC Barcelona, y al martes siguiente, a las 19,30, volverá a saltar al terreno de juego para medirse al Villarreal, en este caso como visitante.
Eso sí, para asegurar que este carrusel de cambios no entorpezca en exceso el ritmo y el desarrollo de los encuentros, todas las sustituciones se materializarán en tres momentos puntuales del choque. Esa también será la oportunidad indicada para que los futbolistas se hidraten convenientemente. No debemos olvidar que, generalmente, a estas alturas del año, el calendario futbolístico ya ha tocado a su fin y que los profesionales del balón no están ni mucho menos acostumbrados a ejercer su trabajo en el contexto de unas temperaturas que serán prácticamente estivales.
UN MINUTO DE SILENCIO ANTES DE CADA CHOQUE
En cuanto al banquillo, los jugadores que permanezcan a la espera de que el entrenador les ordene saltar al campo, o bien que ya han sido sustituidos, estarán separados por distancias apreciables de seguridad. De hecho, así será con todas las personas que se hallen en el banquillo. Además, cabe tener presente que la nueva normativa permite que los técnicos realicen una convocatoria de hasta 23 futbolistas para facilitar el mayor número de cambios durante el partido. Esta es, sin duda, una razón de más para extremar el mantenimiento de la distancia social entre preparador, segundo preparador, delegado del equipo y, por supuesto, los jugadores.
Por último, y por su significación emotiva, es también digno de remarcar que todos los partidos que se disputen a partir de ahora comenzarán con un minuto de silencio en homenaje a las víctimas del Covid-19. Será un reconocimiento colectivo que, a buen seguro, no solo será respetado en los solitarios y casi desguarnecidos estadios, sino también entre los millones de espectadores que, cada tres días, estarán pendientes del partido que disputen sus equipos, aunque por el momento no puedan transmitirles su apoyo incondicional de forma presencial.