No tengas fe, ten un plan

En el Mundo de los negocios, tener ideas está muy bien, ver donde otros no ven mejor, hacerse preguntas constantemente del porqué ocurren las cosas, tener intuición o talento son valores muy aprovechables, pero si alrededor no hay un plan de negocio con una hoja de ruta, estudios pertinentes y calculando siempre la viabilidad, podemos tener serios problemas.

A la hora de hacer este artículo quería apartarme un poco de la política, pero es que no me dejan, nuestro Presidente Sr. Sánchez, en su “esperado “discurso semanal acaba de decir que no tiene un plan B, en relación a esta Pandemia. Me lo ha puesto para rematar a gol literalmente, SIEMPRE HAY UN PLAN B, espero que con las mayúsculas quede más claro si cabe, porque si no se tiene habrá que buscarlo, inventarlo o sencillamente reconocer que uno no da para más y pedírselo a alguien más competente o acostumbrado a estas lides, que haberlos haylos (el Dr. Simón queda excluido por razones obvias, por el amor de Dios)

No tener un plan es grave, pero sólo tener uno es casi peor, porque te lo estás jugando todo a una carta y en los negocios y ya no les cuento en la sanidad esto es inadmisible, porque verán tampoco quiero pensar que es un trágala, porque después de 50 días de confinamiento uno ya tiene sus partes íntimas más que inflamadas.

Centrándonos en el tema económico ahora que se me ha ido un poco el sofocón provocado por tamaña estupidez narrada, les tengo que decir muy en serio que no hay otra que hay que tener un plan, muy estudiado y la verdad no confíen sólo en sí mismo por muchas horas que tengan libre para hacerlo, compártanlo con gente que está acostumbrada que ya ha pasado otras crisis, recuerden aquello que les salía bien y miren de adaptarlo a estos tiempos

Miren, puede haber un plan A y uno B que al igual se diferencian en pequeños matices o en su grado de amoldarse a la situación, también puede haber diferenciación en ambos planes en la ejecución, en la dotación económica o en los tiempos a utilizar, incluso puede haber un tercer plan estratégico para salvar los muebles, si fallan los planes A, B y los que hayamos hecho.

He mantenido muchísimas veces que no comprendía como el empresario puede dar formación a sus trabajadores con un mínimo coste y para el mismo no tiene esas ayudas, ahora en estos momentos aquellos emprendedores/autónomos/empresarios que invirtieron en formación están en una posición más favorable, ya no podemos mirar atrás, no se trata de inventar sino es posible hay que adaptarse y si hay que cerrar persianas y empezar con otro proyecto no lo duden háganlo, esto no es el Titanic no hay que hundirse con el barco, no son nuestros hijos, tan solo son negocios, a los que les hemos dedicado mucho tiempo, pero mejor seguir con otro proyecto que dejarnos todo incluyendo la salud con el que teníamos.