Martes 28 de noviembre, nuestro Parlament Balear ha rechazado este martes pedir al Estado que los empresarios afectados por la caída de Thomas Cook recuperen los importes del IVA de facturas impagadas, una cantidad que deben liquidar frente a Hacienda a pesar de no haber cobrado.
Esto significa que aparte de que muchos empresarios hayan dado servicio a Thomas Cook, le hayan provisto de género y que ahora saben que no van a cobrar por todo ello, les dicen que las facturas correspondientes que emitieron, las cuales se podrán utilizar perfectamente para ir al lavabo y que llevan un 21% de IVA lo tienen que pagar religiosamente por la gracia de los siguientes políticos que se han negado a frenar este atropello: PSIB/PSOE, MES, PODEMOS Y GRUPO MIXTO.
Repito por si no está claro, los políticos de estos grupos mencionados que por cierto son los que ahora nos Gobiernan, opinan que una factura imposible de cobrar tiene que cotizar un 21% de impuestos para sostener sus puestos de trabajo, sabiendo que es sólo papel mojado, porque detrás de esa factura hay trabajo, pero no ha habido ningún beneficio, pero eso que más le da a esta gente.
Eso sí, después afirman como aquel letrero del bar que dice “hoy no se fía, pero mañana si” que trabajaran para eliminar esta “anomalía”. Manda huevos, reconocen que es un atraco, pero no van a hacer nada ahora, es como decirles a esos pobres empresarios, porque muchos son pequeñas empresas y autónomos, que esto es lo que hay por meterse a empresarios que sin fueran funcionarios o bancos sí que les ayudarían, pero son sólo pequeños empresarios ¿que se habrán creído que estamos para ayudarlos? dirá alguno de estos fenómenos que han votado en contra.
Y para los que han votado a favor de que esto no sucediera, PI, PP, CS y VOX, tampoco olvidaremos que lo hayan intentado, pero que sigan plantando batalla, porque si no en estas elecciones los pequeños empresarios/autónomos serán pasto de la abstención, porque esta actitud de dejadez ante este sector ya es vomitiva y desesperante. Es evidente que para muchos dirigentes la cultura empresarial les huele mal y no están cómodos a su lado, además si estos pequeños y medianos empresarios no salen a la calle ni dan problemas para que preocuparse.