www.mallorcadiario.com

No iré a la gala

Por Alejandro Vidal
martes 23 de febrero de 2016, 18:11h

Escucha la noticia

Que si el cartel, que si el obispo o el mismísimo Papa. Estaba claro que el empate del pasado sábado sugería la inmediata activación de los mecanismos mediáticos oportunos para desviar la atención de lo realmente importante. Estos días no dejo de recibir llamadas para preguntarme si voy a acudir a la gala del próximo domingo. Ya he dicho que no, pero no me incomoda explicarlo públicamente.
Hace unos meses fui invitado, junto a otros compañeros, por Toni Tugores a un almuerzo en el que se nos iba a proponer escribir conjuntamente el libro oficial de la historia de estos cien años. Para evitar malas o mal intencionadas interpretaciones, advertí al anfitrión que no me interesaba la propuesta pero, dada su insistencia, asistiría a la comida para no faltar al respeto a ninguno de los asistentes. Allí fueron convocados Jaume Martí, Tomeu Maura, Miquel Vidal y Albert Salas, que se incorporó más tarde, además del firmante. En representación del club acudieron, junto al presidente de la Comisión del Centenario, Ramón Socías, Guillem Reynés y, por parte del club, el director de marketing y una señorita o señora cuya función no recuerdo. Perdón.
Hice constar desde el principio que no iba a aceptar la oferta y que, además, dudaba de que el señor Claassen y sus consejeros, admitieran mi intervención, además de la de alguno de los allí presentes. No hace falta añadir que, pese a la reiterada muestra de independencia esgrimida por los miembros de la Comisión, dos de nosotros fuimos descartados de inmediato, aunque la negativa, al menos por mi parte, fue tan clara como previa. No he constatado la dimisión de ninguno de los integrantes de la Comisión, prometida en el caso de no ser atendidas sus peticiones. Días más tarde y para satisfacer mi curiosidad respecto a lo manifestado, reiteré telefónicamente al señor Tugores mi decisión de no participar de dicho proyecto.
Dicho esto no estaré el domingo en el Teatro Principal por dos razones que se resumen en una y no tiene nada que ver con el relato cronológico de las circunstancias: ni el Real Mallorca actual es el club del que he estado informando durante cuarenta y cinco años de mi vida ni, en mi opinión, se ve representado por sus actuales accionistas, consejeros y mandatarios. Para mi, en definitiva, el circo del domingo es un acto propagandístico más destinado a recuperar un reconocimiento social al que el mallorquinismo auténtico es ajeno. Y, bueno, también tengo otro motivo: no me han invitado, ni me invitarán, lo cual agradezco de corazón.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios