El informe denominado “Pulso turístico” que este lunes presentó la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, referido al periodo enero-abril 2017, no hace más que constatar hechos indubitados, como es que uno de cada cuatro turistas llegados a Mallorca se alojaron en una vivienda vacacional alquilada y que el 20% se alojó en viviendas ilegales fuera de ordenación.
Como es natural, los hoteleros advierten que el alquiler vacacional, en el caso de verse liberalizado, afectará de forma importante al mercado del alquiler residencial, pues fomentará la especulación inmobiliaria. Esto ya se está viendo y no es algo que pueda discutirse con datos en la mano.
La prohibición del alquiler turístico en edificios plurifamiliares es la propuesta que lanza la FEHM, que coincide con el PP y también con Podem Illes Balears, lo cual no es algo casual ni baladí. Unos por unas razones y otros por otras, ven con claridad que la liberalización del alquiler turístico genera graves problemas de acceso al mercado de alquiler a los residentes, además de otros problemas importantes de índole social y urbanístico.
El Govern no puede desoír las advertencias de la Federación Hotelera, pues hacerlo implica ignorar la opinión de la principal industria turística y de quien ahora mismo soporta la oferta reglada. Aún no es demasiado tarde para corregir los graves errores que la ley de alquiler turístico lleva consigo.