La trayectoria profesional de Jesús Mullor, presidente de Projecte Home Balears, está estrechamente vinculada al trabajo en adicciones. El pasado 13 de septiembre, defendió su tesis doctoral en la UIB, por la que obtuvo el título de doctor en educación al recibir la calificación de excelente 'cum laude'.
En su investigación analizó la relación entre el consumo de drogas y el rendimiento académico con el objetivo de ofrecer recomendaciones para mejorar la salud y el bienestar. Para ello, Jesús Mullor trabajó con datos sobre 151 variables de tipo individual, familiar y social recogidas de 6.075 personas en tratamiento por adicciones en centros de rehabilitación de España.
FACTORES DE RIESGO Y PROTECCIÓN
El estudio de Mullor analiza diversos factores de riesgo y protección, desde variables familiares hasta individuales y sociales. Los resultados muestran que aquellos con niveles educativos más altos tienden a consumir drogas a edades más avanzadas y presentan una menor inclinación hacia métodos peligrosos, como la inyección, lo que se traduce en un menor número de sobredosis.
Asimismo, el estudio resalta que el entorno sociofamiliar también tiene una incidencia crucial en el rendimiento académico y en la conducta adictiva de los pacientes; a mayor apoyo, mejor rendimiento académico. La investigación revela que las mujeres consumen más alcohol y los hombres más cocaína.
Según los resultados de la tesis de Mullor, tanto el nivel educativo como el consumo de drogas pueden exponer a los pacientes a abusos emocionales, físicos y sexuales. Además, los individuos con baja educación y problemas de adicción presentan mayor riesgo de padecer depresión e ideación suicida.
UN ESCUDO DE PROTECCIÓN A LARGO PLAZO
Uno de los aspectos más relevantes de la investigación es que el nivel educativo no solo tiene efectos preventivos a corto plazo, sino que también actúa como un factor protector a lo largo de la vida. A mayor educación, menor probabilidad de que una persona acabe atrapada en el consumo de drogas.
Por esta razón, Mullor destaca la necesidad de que las políticas de prevención y tratamiento del consumo de drogas incluyan medidas para mejorar el acceso y la permanencia en el sistema educativo, permitiendo que los individuos adquieran herramientas que los protejan frente a los riesgos asociados al consumo.
El estudio también señala que el entorno sociofamiliar desempeña un papel crucial. Aquellos pacientes que cuentan con un respaldo familiar sólido tienden a tener un rendimiento académico superior y una menor propensión a desarrollar problemas graves de adicción. Este apoyo familiar se convierte en un recurso valioso para prevenir el consumo y favorecer la recuperación de los afectados.
DIFERENCIAS DE GÉNERO EN EL CONSUMO
Además de la influencia del entorno educativo y familiar, la investigación de Jesús Mullor diferencias significativas en el consumo de drogas entre hombres y mujeres. Las mujeres tienden a alcanzar un nivel educativo más alto, pero presentan un consumo más elevado de alcohol.
Los hombres, por su parte, presentan una mayor tendencia a consumir cocaína. Sin embargo, cuando se trata de heroína y cannabis, los patrones de consumo no presentan diferencias destacables entre géneros.
Estos datos resaltan que las estrategias de prevención deben ser personalizadas para poder abordar las necesidades específicas de cada grupo de la sociedad. Según Mullor, esta diferenciación puede ayudar a evitar tratamientos genéricos que, en muchos casos, no logran abordar los problemas individuales de los pacientes.
EDUCACIÓN Y ABUSOS: UN COMBINACIÓN DE RIESGO
Otro hallazgo significativo de esta tesis es la relación entre el nivel educativo y la exposición a abusos, especialmente en los contextos de abuso emocional, físico o sexual. Mullor identifica que aquellas personas con niveles educativos más bajos, además de un mayor consumo de drogas, tienden a haber experimentado abusos, lo que incrementa su vulnerabilidad frente a las adicciones.
Esta combinación de baja educación y experiencias traumáticas aumenta significativamente la prevalencia de problemas emocionales y psicológicos severos, como la depresión intensa, la ideación suicida, los intentos de suicidio y los problemas para controlar conductas violentas.
UN ENFOQUE INTEGRAL PARA ABORDAR LAS ADICCIONES
Con todo, el investigador propone un enfoque integral en la salud pública para abordar las adicciones, considerando tanto el consumo de sustancias legales como ilegales. Su investigación resalta la necesidad de políticas preventivas que se centren en la educación, no solo facilitando el acceso a las aulas, sino asegurando que los jóvenes permanezcan en el sistema educativo.
Mullor, quien lidera el Observatorio Español de Adicciones, también subraya la relación entre el consumo de drogas, el bienestar emocional y el rendimiento académico, sugiriendo que un enfoque preventivo efectivo requiere una colaboración entre los ámbitos educativo, social y sanitario.