Jordi Sánchez, Turull, Forcadell o cualquiera de esta tropa que está encerrada no lo está por sus ideas ni por opinar. Eso lo sabe hasta el más tonto aunque los manipuladores y propagandistas quieran vendernos que es un ataque a la democracia y a la libertad de expresión. No por repetir más veces la palabra democracia uno lleva más razón. No todos los que creemos en la legalidad o no nos gustan los nacionalistas somos fascistas ni peperos rematados. Esto cada vez va a peor y lo peor es que ni unos ni otros hacen nada por facilitar un acercamiento.
La democracia se pone cuesta arriba cuando ves a los nacionalistas catalanes que sólo gobiernan para menos de la mitad de los catalanes o cuando en España nos gobierna un mediocre al que no ha escogido más que un 30% de los votantes. Sería muy bueno para España ver como los jueces son iguales de implacables contra los corruptos como lo son con los sediciosos y es que la sensación de impunidad hace que las comparaciones sean peor que odiosas. No me caen bien ni unos ni otros pero algo habrá que hacer antes de que sea demasiado tarde si no lo es aún. Necesitamos líderes y no vendedores de nada.
Por más que nos lo repitan al final la única salida a este embrollo ha de ser la política y no la judicial. Agarrarse a la legalidad y pretender que los dirigentes catalanistas pasen su vida entre rejas es de mentes obtusas y cortas de miras. No nos engañemos con todo esto. Al final si o si va a tener que haber una negociación, habrá que sentarse a dialogar y de todo esto no pueden salir vencedores ni vencidos. Europa no nos apoya como algunos quieren querernos hacer creer. Lo que pasa es que a Europa no le interesa tenernos enfadaditos ni que les crezcan los enanos pero están que flipan con el inmovilismo del Gobierno de Rajoy que es incapaz de tomar la iniciativa para encontrar una salida digna y beneficiosa para España en su totalidad. Lo de hacernos creer que el Gobierno no puede hacer nada y que todo es cosa de la Justicia es muy de jardín de infancia, Mariano nos toma por imbéciles y no será porque no le hayamos dado razones pero todo tiene un límite y más temprano que tarde habrá que decir basta. Cataluña y España se merecen unos dirigentes mucho mejores y no porque nos los hayamos ganado.