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Ni un paso atrás

miércoles 12 de diciembre de 2018, 03:00h

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Cuando pensábamos que en temas de igualdad LGTBI ya no se podían dar pasos atrás llegan los de VOX y nos vuelven a meter el miedo en el cuerpo con un programa electoral con claras medidas LGTBIfóbicas en su programa que amenazan con empantanar el panorama rosa. En esta columna no voy a centrarme en Abascal y sus terroríficas medidas si no en los votantes que a ojos cerrados se han entregado en brazos del partido ultra de moda.

Viendo el programa “Salvados” del pasado domingo veo a personas supuestamente normales y jóvenes varias declarar su devoción por los neo-franquistas. ¿Realmente a toda esta gente le da igual que a sus familiares y amigos gays, lesbianas o trans les quieran volver a convertir en ciudadanas de segunda o de tercera? Tengo la sensación de que el colectivo LGTBI somos daños colaterales en una batalla que han emprendido estos “donpelayos” para volver a una España oscura del pasado. Estos últimos años en España nos las dábamos de modernos y europeos y a las primeras de cambio se nos ha caído la careta y hemos empezado a mostrar que seguimos siendo un país de rancios, de catetos y de nostálgicos del antiguo régimen. Lejos queda esa España que despuntaba en 1992, que fue envidia de media Europa y que veía como algo ajeno el auge de la extrema derecha en Francia, Alemania o Reino Unido.

No hay excusa que valga para votar a VOX. Venden odio envuelto en humo. Si votas a VOX votas a los que me odian por lo que soy y a mis amigas trans, a mi pareja y a mucha más gente que quiero y aprecio. Ya pasó en los años 30 en Europa. El surgir de partidos ultras en plena crisis no es nada nuevo. Por aquel entonces nos acabaron marcando con un triángulo rosa y enviando a campos de concentración y todo empezó tal como ahora. Hitler no empezó quemándonos, empezó señalándonos como hacen hoy algunos y haciendo como que la cosa no iba con él. Y lo hizo con el apoyo y connivencia de millones de alemanes que apoyaron sus políticas de odio. No dejéis que el miedo o el rencor os cieguen y antes de apoyar a los ultras paraos a pensar y reflexionar antes de que sea demasiado tarde. Votar además de ser un derecho conlleva una gran responsabilidad.

No vamos a volver a los armarios, ni a dejar que nos domine el miedo ni a ser ciudadanos y ciudadanas de segunda. Ahora más que nunca debemos mantenernos unidxs y transmitir nuestro mensaje de unidad, solidaridad y de mucho amor frente a tanto odio.

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