Ni en broma
jueves 11 de junio de 2015, 00:41h
Ha salido a la luz pública un videojuego en el cual se exponen 13 formas distintas de matar a un profesor. Se trata de un juego “desestresante” dirigido a los estudiantes, para que descarguen su ira con una herramienta de Internet, que ruboriza por el mal gusto que demuestra por parte de los diseñadores y de los internautas que se prestan a este juego macabro.
Todo el mundo concuerda en la necesidad de enaltecer la figura del maestro. Se baraja la posibilidad de otorgar la consideración de autoridad a los docentes, a efectos del Código Penal. Sin embargo todo queda en papel mojado cuando vemos episodios como el citado, donde se banaliza una agresión sistemática a un docente por el mero hecho de serlo.
Al margen de toda consideración penal, hay que destacar que es inaceptable todo ejercicio denigratorio de la labor docente y pedagógica de los profesionales de la enseñanza. Episodios como el que se relata es de todo punto intolerable, pues los maestros tienen la tarea de educar y enseñar a los niños y adolescentes y de ninguna forma puede aceptarse que sean objeto de burla o escarnio. Los maestros deben ser un ejemplo para los alumnos. Y por tanto, deben ser respetados en toda circunstancia.