La diabetes, enfermedad cada vez más común, en especial por el aumento de casos de obesidad, es un grave factor de riesgo para el desarrollo de deterioros cognitivos que pueden ser la antesala de problemas graves, como la Enfermedad de Alzheimer.
Es por ello de gran importancia controlar esta enfermedad, tanto por el conocido riesgo cardiovascular como por su interrelación con el desarrollo de demencias. Con este objetivo, la Unidad de Diabetes y de Obesidad de Juaneda Hospitales, dirigida por los doctores Luis Masmiquel y Luis Alberto Gómez, y la Unidad de Neurociencias, dirigida por el doctor Miquel Munar, han establecido protocolos conjuntos al objeto de ofrecer a sus pacientes una atención multidisciplinar en la prevención y tratamiento de la diabetes y de sus riesgos, especialmente las demencias.
“Los cambios demográficos y del estilo de vida han situado a la demencia y a la diabetes méllitus entre los retos más importantes de los Sistemas Sanitarios. El deterioro cognitivo leve (MCI) es una forma más leve de disfunción cognitiva que precede a la demencia y afecta a 1 de cada 5 personas mayores de 65 años”, explica el especialista en Endocrinología de Juaneda Hospitales, Dr. Luis Masmiquel.
La evidencia científica señala por una parte que “las personas con deterioro cognitivo leve tienen un alto riesgo de demencia. Alrededor del 46 por ciento desarrollan demencia al cabo de 3 años mientras que solo lo hará el 3 por ciento de la población equiparada por edad y sexo”. En este sentido es vital desarrollar acciones preventivas a lo largo de toda la vida y en los momentos de mayor probabilidad de contraer riesgos.
Por otro lado, la Diabetes Mellitus 2 (DM2), la que se desarrolla en la edad madura por claudicación del páncreas, normalmente como consecuencia de abusos dietéticos a lo largo de los años, y otros factores de riesgo relacionados con la vida poco saludable, “está alcanzando proporciones pandémicas y se sabe que duplica el riesgo de desarrollar la Enfermedad de Alzheimer”, señala del Dr. Masmiquel.
Este aumento del peligro se mantiene incluso después de ajustar por factores de riesgo vascular. De la misma manera, “la DM2 tiene un riesgo muy elevado de desarrollar deterioro cognitivo leve, en comparación con la población no diabética, y se reconoce que actúa como un acelerador importante de demencia en pacientes que ya sufren deterioro cognitivo leve”, enfatiza el especialista endocrinólogo. Además, el deterioro cognitivo dificulta el autocuidado e incrementa el riesgo de hipoglucemia por lo que aumentan la comorbilidad, ingresos hospitalarios y costes de la DM2. Por ello, es importante su prevención y su diagnóstico precoz, con el objetivo de controlar la enfermedad y retrasar el paso de una eventual MCI a Alzheimer, objetivo común de las Unidades de Diabetes y Obesidad y de la Neurociencias.
“En los últimos años, múltiples evidencias demuestran —explica el Dr. Luis Masmiquel— que la neurodegeneración es un evento precoz en patogenia de la Retinopatía Diabética (conocida por las siglas RD y principal causa de ceguera sobrevenida). Además, se ha descrito una asociación entre la presencia de RD, MCI y demencia, lo que hace aconsejable también un abordaje coordinado de estos problemas.” De la misma manera que en el Alzheimer, la presencia de hierro y la formación de AGEs (grupo heterogéneo de moléculas originadas por la glicación y oxidación de proteínas, lípidos y ácidos nucleicos) juegan un papel importante en la patogenia de la Retinopatía Diabética. Puesto que la retina es un tejido derivado en su desarrollo del cerebro se ha sugerido que puede “una ventana al cerebro” y su patología.
Por ello, en los pacientes con Retinopatía Diabética, el control de la Diabetes Mellitus 2 y de los factores de riesgo, además del estudio de la función cognitiva, es si cabe, más importante: “No debemos olvidar que algunos factores de riesgo extremadamente relacionados con la DM2 también se han asociado fuertemente con la demencia”, explica el reputado médico endocrinólogo. Entre estos factores de riesgo cabe destacar la obesidad en las edades medias de la vida, la hipertensión y la inactividad física. El tratamiento de estas comorbilidades y el mantenimiento de un peso sano son fundamentales en las etapas medias de la vida. La detección de MCI en estos pacientes es muy importante para intentar mejorar el pronóstico neurológico y vital en la medida de lo posible.
Los protocolos de colaboración y derivación establecidos entre las unidades de Obesidad y Diabetes y Neurociencias de Juaneda Hospitales ofrecen una atención multidisciplinar la paciente en el diagnóstico, tratamiento, prevención o, en su caso acciones paliativas, para mejorar de la calidad de vida de los pacientes de enfermedades metabólicas como la diabetes y riesgos asociados, como la demencia.
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