Se acercan las fiestas navideñas, unas fechas en las que por tradición nos reunimos con nuestros seres queridos para comer, cenar o salir de fiesta como si no fuera a haber un mañana. De hecho antes de la Navidad la mayoría ya ha ido calentando en cenas de empresa varias.
En estas fechas tan dadas al abuso es conveniente recordar que a nuestro alrededor hay mucha más gente de lo que creemos que no bebe alcohol. En España desde pequeñitos nos invitan a dar sorbitos de cava como si no fuese peligroso el gesto, nos familiarizan con la bebida como si fuese lo más normal del mundo. Desde pequeños nos educan en la bebida sin pensar en las consecuencias. Por no hablar de que en Navidad se multiplican los accidentes de tráfico provocados por el consumo de alcohol y otras drogas. Y no debemos olvidar de que en enero se produce un pico inmenso de nuevos ingresos en programas terapeúticos de desintoxicación como por ejemplo Projecte Home.
Esta Navidad cuando alguien te diga que no bebe alcohol no le insistas en que beba, no le estás haciendo ningún favor. Hay que respetar al que no bebe porque además muchas veces no sabes cuál es su trayectoria y sus antecedentes. Al que no bebe alcohol animadle a brindar con agua en vez de ridiculizarlo, seguramente os sentiréis mucho mejor haciéndolo así. Son días para compartir, no para abusar. Recordad que para los pequeños de la casa sois un ejemplo a seguir y ellos van a repetir lo que han aprendido de sus mayores.
Con las adicciones (propias o ajenas) es mejor no jugar. Si no eres capaz de pasar un sólo día de estas fiestas sin beber alcohol a lo mejor deberías pararte a pensar en que a lo mejor y aunque te parezca ridículo tienes un problema. De las otras drogas ya si eso hablamos otro día.