Hoy es Navidad y por ello les deseo un feliz día; para los Cristianos es sin duda un día especial en el que celebramos el nacimiento del Niño Dios. Lo curioso es que la fiesta como tal ha sido adoptada por parte de ateos y agnósticos, los cuales también se toman el día como de vacación laboral y se reúnen en torno a una mesa con los seres queridos para celebrar una fiesta. Es una paganización de la fiesta religiosa.
En estos día, que tiene grandes detractores así como grandes seguidores -como es mi caso-, intentamos sacar lo mejor de nosotros mismos; ser más solidarios y participar en campañas de donación de alimentos y llamar a esa persona de la que estamos distanciados y no sabemos a ciencia cierta porque. Nos queremos sentir mejor. Ser mejores personas.
El sentimiento y el espíritu navideño debería extenderse al resto del año, deberíamos ser más solidarios, más fraternales todos los meses, pero la realidad es tozuda y el día a día nos deja sin tiempo para hacer aquello verdaderamente importante, ya he citado en alguna ocasión aquella frase de la que desconozco el autor, “la cosas importantes de la vida no son cosas”.
Es para mi significativo la necesidad que tenemos de celebrar, ¿a cuantas comidas o cenas vamos en estas fechas? Y además vamos con la voluntad de divertirnos y no de ser una obligación, de formar nuestra rutina diaria a la que nos sometemos sin emoción alguna.
Hoy para mi es uno de los días más importantes del año, en torno a una mesa nos reuniremos dos generaciones completas de mi familia, nos contemplarán casi sesenta años de diferencia entre el mayor y los más pequeños. Todo un mundo en cuanto a realidades. Pero es un momento de grandes emociones y sentimientos. Espero que esa unidad que mantenemos perdure a lo largo de los años. Ese amor fraternal de hoy representa el espíritu de la Navidad.
Inevitablemente forma parte de esas emociones los ausentes, los que nos han precedido en la muerte y aquellos que simplemente no están aquí porque su lugar es otro aunque pensemos que no debería ser así. Son días de recuerdos y añoranzas.
Hoy, en mi último artículo del año les deseo una Feliz Navidad; una Navidad que se haga extensible al resto del año y que sus valores nos guíen en el día a día, no seamos sólo solidarios estos días, no cuidemos de los demás sólo en estos días. Hagámoslo nuestra forma de vida. Lo dicho, Feliz Navidad.
