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Nando González o el hombre que nunca llegó tarde
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Nando González o el hombre que nunca llegó tarde

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Reconozco que aquella tarde al llamarle por teléfono, estropeé parte de su plan, ya que pasaba unos días en Mallorca y había ido a Valldemossa a comer con la familia y a saludar a su amiga, la cantante Genia, pero a fe que nos habíamos citado en el Cappuccino de San Miguel de Palma para la entrevista de Mallorcadiario. Tal vez, a una hora inoportuna. Tal vez, debería confiar menos en mi memoria y utilizar la agenda. ¡Qué bien te veo! - Nos decíamos a coro media hora más tarde de la conversación telefónica, y tomamos asiento. Confieso que no hubo sangre, ni lamentos, ni tan siquiera un reproche.

Fernando González Gozalo conocido artísticamente como Nando Gónzalez, actor, músico, compositor, nace en Tánger el 17 de junio de 1960, el mismo año en el que lo hacía Antonio Banderas, Julianne Moore, Kristin Scott Thomas, Sean Penn, Colin Firth, Daryl Hannah, Hugh Grant, Manolo Tena, Loquillo, Bono de U2, Sarah Brightman, Diego Armando Maradona, Ayrton Senna, Brasilia se convertía en la nueva capital federal de Brasil, el manuscrito más valioso de la Biblioteca Nacional, el Cantar del mío Cid, era adquirido por la Fundación Juan March. En Zúrich, Armin Hary conseguía ser el primer humano en recorrer 100 metros en 10 segundos, Fidel Castro nacionalizaba todas las empresas en Cuba, se celebraba la primera edición del Festival Viña del Mar en Chile, en Egipto se daba inicio a la construcción de la gigantesca presa de Asuán, la formación británica Quarrymen que estaba triunfando en Hamburgo se convertiría en The Beatles, Alfred Hitchcock presentaba su obra maestra, Psicosis, Stanley Kubrick; Spartacus, Fellini La dolce vita, con cincuenta y nueve años fallecía Clark Gable.

Eran tiempos de la Guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

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Hijo de José María de profesión, médico cirujano, ginecólogo, y traumatólogo, natural de Madrid y de Elvira, enfermera, natural de Madrid y del matrimonio llegarían una hija y dos hijos, Elvira (Bibi), José María y Nando.

Nací en Tánger porque mi padre montó una clínica con unos socios. Mis lejanos recuerdos pasan por una guardería francesa y por el momento en que vi el mar por primera vez. Guardo la imagen de un niño con el gorrito blanco, la percepción ante la inmensidad, la arena blanca, con dos añitos, más o menos. La furgoneta Wolswagen de mi padre con la que nos íbamos de picnic a la playa, unos árboles muy altos se dibujan en esa estampa.

A la edad de cinco años abandona Marruecos y su padre acepta ser médico en Alhaurín de la Torre, Málaga.

Hasta que tuve diez años vivimos en Málaga que no era tan bonita como es ahora, aunque antes los pueblos y núcleos de línea de la costa estaban diferenciados. Fui al Colegio de los Agustinos en el casco antiguo de Málaga. Un día se me ocurrió con ocho años montar un grupo Bravos ficticio, de los que yo era fan, buscando en los amigos de colegio a quien se pareciera a ellos. ¡Ya ves! aquello debían ser mis primeros pasos, les convencí y yo era el que menos se asemejaba a ninguno del mítico grupo.

¿Y si tuviera que describirnos al Nando estudiante?

Disponía de capacidad para sacar los mejores resultados con el menor esfuerzo. No quiero parecer pedante, pero yo no puedo decir que fui un buen estudiante, no tenía que esforzarme para conseguir buenas notas y jamás llevé un suspenso a casa.

En el verano de 1970 la familia González se instala en Mallorca y Nando continúa sus estudios en el Colegio de San Cayetano…

Por aquel entonces que vinimos a Mallorca, mi padre además de atender su consulta en el Hospital de Son Dureta de Palma, era el médico de varias empresas, Campsa, Huarte y Mare Nostrum. En esta última tenía un despacho que a veces lo convertimos en plató improvisado y me sirvió para ensayar y hacer mis primeros experimentos como actor.

Un Nando adolescente, melómano, entusiasta, se acostumbró a visitar lugares que le atraían como el Centro de la Guitarra en la calle Montenegro de Palma donde conocería a Joan Bibiloni y a Pepe Milan.

Aprendí de manera autodidacta a tocar la guitarra y me gustaba como espectador acudir a ese emblemático santuario. Veía a esos artistas y soñaba que algún día yo podría hacer sonar mi guitarra como hacían sonar la suya. Tiempo después toqué con dos de esos formidables músicos, Milan y Bibiloni, incluso intervine en la grabación de alguno de sus álbumes y conocí a históricos como a Max Sunyé, a Kitflus, a Jorge Pardo, a Stephen Franckevic y a Deborah Carter, con quienes compartí escenario.

En 1983 se embarca en un crucero con el grupo Los Valldemossa.

Joan Bibiloni convenció a los hermanos Estarás y a los otros miembros del grupo musical, para que Nando les acompañase en la aventura…

Viví una experiencia inolvidable, la tildaría de bestial. Durante casi un mes actuamos cada noche. Salimos de Montevideo, pasando por La Tierra del Fuego, por Ushuaia, por toda la costa oeste de América Latina. En Chile, el gobierno de Pinochet no permitió que tocásemos puerto, porque el barco izaba bandera rusa y tocó cambiar de planes. Guardo un sinfín de imágenes emotivas, escuchando la voz de mi admirada Genia sobre aquella plataforma, o el hecho de compartir camerino con el entrañable Paco Ballinas, o experimentar algún ensayo de guitarra solo en mitad del Pacífico. Perú, Ecuador, Colombia y la sensación de atravesar el Canal de Panamá, elevándose el barco en las esclusas y luego descendiendo hasta el nivel del océano.

Afianzado y seguro de su capacidad monta sus primeros grupos; “Massa”, “Fettuccini y sus Arumbayas” con clara referencia al personaje de cómic francés Tintín y en 1988 se decide a presentarse con repertorio propio, en el tristemente desaparecido Festival de Jazz de Palma con “Nando González Septet”, un evento inolvidable que congregaba a una gran multitud de aficionados a la música, entre el popular paseo del Borne y la Plaza de la Reina de Palma.

Posteriormente a eso y a dúo con Joan Bibiloni hicimos una gira que nos llevó a tocar en San Francisco, en Vaxholm (Suecia) y en el Festival de Jazz de Montreaux en Suiza y durante algunos años de gira como teloneros de Sting y de The Cure, por España.

En 1992 presenta en el Auditorium de Palma su disco “Hombre al agua”, un trabajo producido por Joan Bibiloni, para la Discográfica Blau.

Ese mismo año se desplaza a Madrid y comienza su carrera de arte dramático, la cual abandona tras un año, por amor a una chica. En 1995 recupera sus estudios de interpretación en la RESAD y los finaliza en el 2000. En esos años graba el “Básico” de Revolver y el primer “Básico” de Alejandro Sanz incorporándose a su grupo. Más adelante acompañó a Amistades Peligrosas y a Hevia, en sus grabaciones y en sus giras, al igual que con David Summers.

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Nando músico y Nando actor iban de la mano y mientras su trayectoria musical avanzaba, su vocación como actor no sería menos y aparece en series televisivas; Javier ya no vive solo, Periodistas, Amar en tiempos revueltos, El Comisario, Génesis, entre otras. Firma papeles teatrales muy diversos. Destacando casi tres años, como Javi “el heavy” en el musical Mamma Mia, en el Teatro Lope de Vega de Madrid.

¿Cómo administraba tanto movimiento?

Cuando amas esta profesión aprendes a priorizar, aprendes a seleccionar, a intentar encontrar el punto de equilibrio, aunque en esas idas y venidas, sin darte cuenta dejas cosas de lado.

Llegó un segundo disco producido por Ludovico Vagnone; Si me nombras. Trece canciones en las que el amor y el desamor ocupan el protagonismo…

Tras varios años de actuar en el musical, necesitaba acabar de componer canciones que tenía en espera y así salió “Si me nombras” con algo de rock, algo de jazz, incluso algún bolero. Me sentí muy satisfecho con las participaciones de Nina, de Carlos Goñi y de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears.

Ana Belén versionó la canción; “Si me nombras” y la incluyó en su álbum Peces de Ciudad.

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Francisca nos pide parar la entrevista durante unos minutos. Cambiar de pose y disponer así de otras fotografías para la galería.

Nando se mueve con natural soltura como si tal cosa, está acostumbrado a largas sesiones. Yo en esos momentos y sin decirle nada, le agradezco en mi interior que abra su álbum y nos muestre parte de sus memorias.

Un trago y retomamos datos de su extensa cronología.

Han sido tantas las apariciones con distintos papeles, musicales, teatro, series de televisión, que deberíamos darle más páginas de lo habitual a esta entrevista, así que intentaremos sumergirnos en lo esencial…

Me recorrí diferentes ciudades de España, con Mamma Mia, con High School Musical, Marta tiene un marcapasos y Casi Normales, una de las obras que más me agradó interpretar acompañados por una orquesta de viento y que algún día quisiera representar en Mallorca.

En los musicales aplicas todos tus conocimientos, se juntan todas las disciplinas y te obligas a descansar y a estar en forma, para cumplir con la exigencia de interpretar, cantar y bailar. Hay que cuidar mucho la voz.

En teatro, debutó en 1997 en La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde en el papel de Algernon y después vinieron, Santiago (de Cuba) y cierra España, Noches de amor efímero, Los cuerpos perdidos, Roma y Les dones savies.

Sus últimas apariciones en televisión han sido interpretando a Francisco “Paco” Muñiz en algunos episodios de la serie “Servir y proteger” que se emite en la Primera Cadena de TVE, pero también en Calle Nueva TVE, en Laberint de Passions IB3, Amar en tiempos revueltos TVE, Dos de Mayo, la libertad de una nación Telemadrid, Un golpe de suerte Tele 5, La que se avecina Tele 5, Las chicas del cable Netflix, Secretos de estado Tele 5, Hospital Valle Norte TVE, Hernán Cortés interpretando a Fray Olmedo y emitida en Méjico y Un asunto privado de Amazón.

Un breve pase por el cine, en el Capitán Trueno y en Lo Mejor de Eva.

Descúbrame una lectura que le apasione

Las obras completas de Shakespeare.

¿Qué escena no debe faltar en la enciclopedia de la historia del cine?

Serían tantas y si solo puedo elegir una, escogería algo que ocurre tras el funeral de Shelby (Julia Roberts) en la película Magnolias de Acero. Sally Field acompañada por sus amigas, rompe a llorar y a lamentarse por lo ocurrido y en la cumbre de ese dolor, interviene Olympia Dukakis que como solución a sus penas le sugiere que de un bofetón a Shirley MacLaine, con Dolly Parton y Daryl Hannah de testigos. En ese instante se produce un giro que va de no poder contener la pena, a no poder contener la risa. La actuación es simplemente magistral.

El hombre salió al escenario y al mirar al público olvidó los textos que había memorizado y decidió improvisar. Declamó, entonó su voz, la emoción se instaló en su garganta, recorrió su piel, invadió sus gestos mímicos, transformándose en los axiomas del personaje que interpretaba. Una hora después abrió los ojos y el público seguía en pie aplaudiéndole. El tramoyista dudaba en volver a bajar el telón. Él, reverenció inclinando una pierna, acercó sus manos al pecho y gritó; ¡Gracias! una y otra vez…

¿Se ha quedado colgado alguna vez en un escenario?

Si alguna vez te quedas en blanco, los compañeros te cubren y el público no se da cuenta. Con el tiempo aprendes a improvisar.

¿Tiempo libre, aficiones?

Practicar deportes, natación, patinaje, bicicleta, tenis y leer.

¿Cómo ha vivido el confinamiento?

Buscando quehaceres en casa, pero sobretodo compartiendo horas con Noah que llegó hace veinte meses. Me siento más emocional y me he vuelto un poco payaso jugando con él. He aprovechado para leer, para revisar y repasar cosas que vas dejando en los cajones. He visto series de televisión y películas.

¿Cuál es ahora su relación con Mallorca?

Aunque resido en Madrid, aquí tengo a mi familia y vengo asiduamente. Mallorca es mi refugio y me sigue seduciendo. Necesito reencontrarme de vez en cuando con el mar, con sus paisajes. Recuerdos, vivencias y un montón de amigos que te arraigan.

¿Cómo llega a formar parte del nuevo proyecto Mocedades?

Inesperadamente, por sorpresa, mi estimado amigo Daniel Diges que actuó en Eurovisión con “Algo pequeñito” y con quien he compartido escenario en numerosas ocasiones, una de las últimas grabando “Hernán” en Méjico, fue quien intervino y por él, recibí la llamada de José Miguel González que además de ser uno de los miembros del grupo, es el director artístico y productor de Mocedades y acepté ilusionado la proposición.

He practicado el repertorio de esas canciones que para mucha gente no solo de España, también de toda América Latina, son parte de la melodía de sus vidas. Amor de Hombre, Eres Tú, Tómame o déjame, Adiós amor y tantas otras. En Méjico son verdaderos ídolos.

Tenemos una larga gira por delante. Izaskun Uranga, Idoia Uranga, Rosa Rodríguez, José María Santamaría, José Miguel González y Nando González somos ahora el grupo Mocedades.

¿Recuerda si vio la actuación de Mocedades representando a España con Eres tú, en Eurovisión 1973?

Sí, lo recuerdo. Tendría trece años y estaba delante del televisor.

Me ocurrió algo curioso, poco antes de nacer Noah y eso sin prever que recibiría la propuesta de Mocedades. Sonaba en la radio la canción “El vendedor” y me atrapó la estrofa que dice:

¿Quién quiere vender conmigo
la paz de un niño durmiendo,
la tarde sobre mi madre
y el tiempo en que estoy queriendo?

Estuve unos días tarareando la melodía. Como una premonición.

¿Qué otras músicas escucha además de sus composiciones o ahora, la de Mocedades?

Desde siempre me gustó el rock sinfónico. Deep Purple, Pink Floyd, Jethro Tull. - Ojo a la pronunciación; Jezro Tal”. Están entre mis favoritos.

¿Cómo es frente al público?

Me emociono cuando subo a un escenario, cuanto más mayor, más nervios a la hora de comenzar, sobre todo en mis conciertos individuales. Luego te pasa tras la primera canción. En el teatro ocurre igual y eso es por respeto a quienes han pagado una entrada para venir a verte. Soy autoexigente y lo que represento lo hago con la máxima ilusión.

Tengo la impresión de haber tratado con alguien que utiliza el don de asumir el papel de quien no debe interpretar cuando no toca, y créanme esto es inusual. Nando es un ser que se despliega sin estridencias, con dotes empíricos. De porte filosófico, estimulante, elegante y firme, rotundo y convincente, como con sus personajes.

Era hora de levantar el campamento y marchar cada uno a su casa.

Caminamos en dirección al coche, despedimos a Francisca y nos dimos un abrazo - ¡Nos vemos pronto!

Textos: Xisco Barceló

Fotografías: Francisca Sampol

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