Xesca Martí, directora general de la Fundació Deixalles, está inmersa en todos aquellos proyectos que puedan proporcionar un trabajo digno a las personas que se encuentran en exclusión social. Desde la fundación combina la inserción laboral con el reciclaje de materiales de segunda mano para su posterior venta. No obstante, lamenta que la gran labor medioambiental que realiza la fundación y sus trabajadores no sea lo suficientemente reconocida por la sociedad y la administración pública.
Cuando se habla de personas en situación de vulnerabilidad, se hace referencia de un concepto muy amplio de exclusión social…
Las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad son aquellas personas que están en riesgo de exclusión social. El colectivo vulnerable es muy amplio. Algunas son personas que han tenido problemas de adicciones y necesitan una segunda oportunidad, otras son mujeres que proceden de situaciones de violencia de género y hay otro colectivo que son los inmigrantes. Ahora nos encontramos con un colectivo muy importante que es el de personas desempleadas de larga duración.
Estamos hablando de personas con un cierto grado de exclusión social. ¿Existe un perfil medio?
Diría que un perfil importante en los últimos años es el de mayores de 45 años, con poca formación, muy poca, preferentemente hombres y con paro de larga duración. Este es uno de los perfiles más importantes. También nos estamos encontrando personas con salud mental no diagnosticada que tienen dificultades para encontrar un trabajo o mantenerse en el empleo. Yo diría que estos son los dos perfiles más importantes.
"Uno de los perfiles más importantes es el del hombre con paro de larga duración"
En 2007 golpea la crisis económica y tras ella se produce un repunte y ahora contamos con una cierta bonanza económica. ¿Cómo han visto desde Deixalles estos periodos de crisis y bonanza económica?
Lo que pasó en el 2007 es que la franja de vulnerabilidad se amplió pues nos llegaban perfiles con un nivel de ocupabilidad más alto y a los que la crisis los había expulsado de mercado laboral. En esos momentos, lo que teníamos que hacer y trabajar era sobre problemas de autoestima pues estas personas nunca habían estado en el paro. Era otro tipo de perfil. Ahora, con este auge económico, no es que hayamos disminuido nuestra capacidad de atención pues nos sigue llegando la misma cantidad de gente, lo que sucede es que nos llegan personas con una situación mucho peor. ¿Qué quiere decir esto? Que en tiempos de crisis esa bolsa de pobreza se encontraba excluida de los propios servicios sociales y ahora están volviendo a aparecer perfiles que tienen una dificultad mayor para encontrar trabajo. Son perfiles multiproblemáticos que necesitan unos itinerarios más largos, es decir, en tiempos de crisis los itinerarios eran más cortos y ahora con 6 meses aquí no bastan, se necesita trabajar otros aspectos personales que alargan los procesos.
¿Con qué personal cuentan para atender a las personas que llegan a la Fundació?
Disponemos de una capacidad para los que hacen el itinerario de entre 160 y 170 personas. Luego, atendemos a unas 1.000 personas en nuestros servicios de orientación y tenemos una media de unos 230 trabajadores de los que el 60% son colectivos de inserción.
¿Qué nivel de porcentaje de éxito logran en la inserción laboral?
Hay diferentes niveles de éxito. En nuestros proyectos de orientación, que es un proyecto subvencionado por el SOIB, entre el 30 y 40 por ciento logra un trabajo. En los proyectos que son de itinerarios prelaborales donde las personas tienen mayores dificultades, el porcentaje de éxito se sitúa entre el 20 y el 25 por ciento.
Otra de las características de esta fundación es la atención a las personas con diferentes patologías mentales.
Disponemos de un proyecto de salud mental en Calvià. Entendemos que las personas con salud mental diagnosticada van en aumento en la sociedad, lo que implica un colectivo de riesgo de exclusión social. Hace años constatamos que existía todo un sector de población que se encontraba excluida socialmente y que no existía ninguna entidad en Calvià que trabajase este tema específico. Nos surgió la oportunidad de realizar este proyecto y es verdad que en Calvià y en la zona de Andratx y Ponent hemos ido incorporando proyectos que trabajan con personas de salud mental diagnosticada. Este proyecto podría ser exportable a otros municipios.
La prioridad de Deixalles, además de la laboral, es el reciclaje de los residuos. ¿Existe una verdadera cultura del reciclaje en Baleares?
Creo que existe una mayor sensibilización en cuanto al reciclaje. No obstante, nos queda pendiente una mayor sensibilización sobre los productos de usar y tirar. La sociedad sigue consumiendo demasiados productos de usar y tirar. Existe multitud de productos que tienen una obsolescencia programada cuya reutilización o reparación es muy complicada. Es verdad que ahora los nuevos planes de residuos están cambiando esto y también hemos detectado que la calidad de los materiales son mucho peores que antes, lo que añade dificultad para su reutilización. Una prenda de ropa que vale tres euros, a la segunda o tercera lavada, no se puede reutilizar.
"Una prenda de ropa que vale tres euros, no se puede reutilizar"
¿Entonces, qué tanto por ciento de productos se llegan a reutilizar en Deixalles?
Nosotros reutilizamos casi un 70 por ciento de lo que recogemos. Realizamos recogidas gratuitas pero también somos selectivos, es decir, no recogemos basura, recogemos materiales que se pueden volver a reutilizar.
Continúan siendo deficitarios pese a la labor social y medioambiental que realizan
Sí. Llevamos años con números rojos aunque creo que este año conseguiremos que sean positivos. ¿Qué sucede, entonces? Nuestra conclusión es que la administración y la sociedad no nos paga lo suficiente por el trabajo que realizamos. Estamos reutilizando una cantidad muy importante de materiales que de no hacerlo terminarían en la incineradora o en Mac Insular y por este trabajo medioambiental nadie nos está pagando. La única posibilidad de obtener recursos para poder pagar el trabajo que hace la gente es vender estos materiales.
Ustedes recogen materiales y los arreglan. ¿Qué nivel de fiabilidad tienen los objetos que sacan a la venta?
Hace muchos años que la Fundació Deixalles trabaja en la calidad de nuestros procesos. Para nosotros el cliente es fundamental, es decir, quiero que consuma nuestros productos de segunda mano y continúe colaborando con nosotros. Llevamos muchos reivindicando que se pueden hacer trabajos de gran calidad con personas en exclusión social, lo único que hay que hacer es trabajar algunos hábitos y darles oportunidades. Las incidencias que tenemos en los talleres de reparación es cercana al 2%, no más.
Es evidente, que el fin último de las personas que trabajan en Deixalles es poder encontrar finalmente un trabajo digno
Estamos trabajando mucho en un proyecto que es el de los contratos de inserción. Tenemos empresas de inserción que lo que hacen es buscar trabajo para que las personas que se encuentran en un itinerario puedan estar trabajando con nosotros como máximo tres años. Muchas veces, a las personas que están en riesgo de exclusión lo que les cuesta es mantener el trabajo y esto lo trabajamos durante tres años en una empresa de inserción. ¿Qué necesitamos de la sociedad? Pues que entienda que hay trabajos que se pueden hacer a través de estos contratos de inserción y con ello generar nuevas oportunidades laborales.