"Quería informaros personalmente que el día 1 de julio todo el personal de bibliotecas será funcionario del ayuntamiento, de esta manera damos cumplimiento al anuncio que hicimos en la inauguración de la biblioteca de Pere Garau. Gracias por vuestro trabajo". Con este escueto comunicado, el Ayuntamiento de Palma finiquitaba a los auxiliares de las seis bibliotecas municipales con gestión privada. Algunos de ellos llevan en sus puestos más de 20 años. Depresión, lloros y un futuro laboral incierto son sentimientos que afloran en estos trabajadores que, pese a buscar un acuerdo con el concejal de Cultura, Antoni Noguera, "éste no ha contestado a ninguna de nuestras peticiones de diálogo".
Palma cuenta con un red de bibliotecas municipales de las que Nou Llevant, Son Cladera, Son Sardina, Coll d'en Rabassa, Son Ximelis y Son Gotleu llevan más de 20 años en manos de una gestión externa al Ayuntamiento de Palma. Durante la inauguración de la última biblioteca municipal, la de Pere Garau, el edil de Cultura, Antoni Noguera, anunció que a partir del 1 de julio el personal de las bibliotecas pasaría a tener la condición de funcionarios. No obstante, Noguera "olvidó" añadir que esta categoría de funcionariado no incluía a todos los trabajadores bibliotecarios.
Estos empleados siempre han sido contratados por una empresa privada externa, realizando su labor en bibliotecas públicas y desempeñando el mismo trabajo y funciones que los trabajadores del resto de las bibliotecas municipales de Palma, cobrando mucho menos y trabajando incluso los sábados por la mañana.
Estos empleados reciben un mail en febrero del Ayuntamiento de Palma que, tras agradecer sus servicios, les comunica que a partir de julio no se cuenta con ellos, pese a los más de 20 años que llevan trabajando en las bibliotecas públicas.
"No teníamos ni idea de esta resolución; no lo sabía ni la empresa que nos contrataba. Desde que nos comunicaron la noticia a través de un mail, algunos trabajadores han entrado en depresión y otros no paramos de llorar y pensar en un futuro que vemos muy negro. La mayoría llevamos más de 20 años como auxiliares de biblioteca y no entendemos lo que que está ocurriendo. Desde el Ayuntamiento de Palma lo único que nos han dicho es que la decisión ya está tomada y es unilateral". Así lo explica a mallorcadiario.com una de las afectadas que prefiere que no se haga público su nombre.
Esta empleada recuerda que a lo largo de todos estos años "y pese a ganar mucho menos dinero que otros bibliotecarios, hemos realizado las mismas funciones que los compañeros contratados directamente por el Ayuntamiento. Hemos enseñado a los niños, comprado cosas para la biblioteca, decorarla para celebrar fiestas, actividades infantiles, charlas para adultos y, sobre todo, hemos enseñado con cariño a los niños que venían a las bibliotecas a aprender. Son 21 años y ahora nos vamos a la calle".
Esta situación de indefensión laboral está desquiciando a los trabajadores subcontratados: "Desde que nos comunicaron la noticia por mail, algunos se encuentran con depresión, otros no paran de llorar. Estamos muy jodidos y algunos hemos acudido a los sindicatos. Cort no quiere saber nada de los 21 años que llevamos trabajando en estas bibliotecas como subcontratados. Hemos intentando hablar con Noguera pero no hemos recibido ningún tipo de respuesta. Lo cierto es que no nos dan salidas y hay que buscarse la vida. Nos hemos presentado a las plazas de estabilización pero lo alucinante es que la baremación no cuenta para nada los 21 años que hemos estado subcontratados", subraya esta empleada.
Si el próximo 30 de junio Cort no rectifica, los trabajadores subcontratados se verán en la calle tras dos décadas trabajando en unas bibliotecas donde, según la bibliotecaria, "estábamos totalmente integrados con las familias del barrio y los niños nos querían".
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