Los turistas fueron abordados por las mujeres, de 41 y 47 años, que le pedían monedas a cambio de ramas con cualquier excusa, distrayendo a las víctimas a las que sustraían los billetes del interior de las carteras y luego huir del lugar, ha detallado la Policía Nacional este sábado en una nota.
Dos víctimas denunciaron en dependencias policiales que dos mujeres les habían sustraído el dinero de la cartera.
El primer hecho se produjo en la plaza de la Catedral de Palma, cuando a una pareja de turistas se le acercaron dos mujeres que le ofrecieron una planta para recaudar algo de dinero para la iglesia.
El hombre sacó su cartera para darle algunas monedas abriendo la misma comprobando que no llevaba nada por lo que su pareja entregó a las mujeres algunas monedas, abandonando éstas el lugar.
En ese momento, el denunciante se percató de que las mujeres le habían sustraído los billetes que llevaba dentro de su cartera y avisó de lo ocurrido a la Policía, a quién detalló las características físicas de las presuntas autoras.
Las dos mujeres habían sido identificadas instantes antes por una patrulla en las inmediaciones de la Catedral portando unas hojas en las manos, ha apuntado la Policía.
El otro robo se produjo en la calle Can Feixina, en este caso también a una pareja de turistas y con la misma modalidad. Las dos mujeres ofreció a los visitantes unas ramitas a cambio de monedas, cuando el hombre sacó su cartera para darle unas monedas y, aprovechando la distracción de la pareja, una de ellas le sustrajo los billetes de la cartera.
Tras iniciar una investigación por estos hechos, ocurridos el pasado marzo, las dos mujeres fueron detenidas el pasado miércoles como presuntas autoras de dos delitos de hurto, dándose la circunstancia que las mismas ya fueron detenidas por un hecho similar el mes pasado.
El método del "clavel" era una conocida modalidad delictiva perpetrada por mujeres conocidas como "claveleras" que se venía desarrollando en Palma hace años.
Al principio éstas llevaban flores, normalmente claveles, de ahí su nombre, cambiando después a hojas o ramas de cualquier planta, con las que pedían monedas a los turistas a cambio de las mismas.
Una vez que conseguían que los turistas sacaran la cartera, aprovechaban para acercar la mano con la que llevaban las flores, hojas o ramas, con la excusa de indicarle las monedas al mismo tiempo que distraían a la víctima para sustraerle los billetes y abandonar el lugar de forma rápida.
Las mujeres aprovechaban la distracción y la habilidad para la sustracción, si bien en ocasiones, cuando las víctimas se percataban e intentaban evitar el hurto, se producía un forcejeo y cierta violencia para conseguir huir con el botín.
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