Cerca de 350 personas han asistido este lunes en Palma a la misa exequial por el fallecimiento de Benedicto XVI, celebrada en la Catedral de Mallorca y presidida por el obispo, Sebastià Taltavull.
El oficiante ha recordado durante la homilía el último pronunciamiento del Papa emérito: "Él, que siempre nos había hablado del amor de Dios con tanta profundidad, sabiduría y ternura, nos ha demostrado quién es la fuente de su enseñanza y la razón fundamental de su vivir".
"Desde la perspectiva de la importancia que tiene el amor en la vida de toda persona, el Papa Benedicto nos ha dejado el mensaje de haber discernido muy bien la voluntad de Dios cuando ha querido que tengamos una esperanza viva y que poseamos una heredad incorruptible e indestructible", ha continuado el obispo de Mallorca, destacando la "intuición profética" y "magistral pedagogía" de Benedicto XVI.
La misa exequial en honor al Papa emérito ha empezado al filo de las 19.00 horas. Taltavull ha estado acompañado del vicario general, Josep Adrover, diez canónigos de la Seu y 55 sacerdotes de la Diócesis.
"Al fin de los años que el Señor ha concedido al Papa, éste, en su testamento espiritual, agradece, desde los diferentes lugares en que ha vivido, al Dios que siempre ha amado, predicado y enseñado, y al que ahora ha podido decirle 'Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu'", ha concluido el obispo.
Esta celebración en La Seu se suma a las que, a lo largo del fin de semana, han tenido lugar en otras diócesis. En Roma, el funeral por el alma de Benedicto XVI se celebró el 5 de enero, en la plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano, y fue presidido por el Papa Francisco.
Benedicto XVI falleció el pasado 31 de diciembre, a los 95 años de edad, en el monasterio Mater Ecclesiae, en el Vaticano, donde residía desde su renuncia al pontificado, en 2013.
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