Viviana, Rocío, Paquita, Alejandra, Kerstin y Guadalupe. Todas ellas practican yoga, pero cada una de ellas por una motivación diferente. El estudio de Celine (Healt & Fun Yoga-Carrer Golf de Bizcaia, 2, El Molinar- Palma. Tlf: 687882205), difiere del concepto tradicional que se tiene de esta disciplina, aunque si algo tienen en común todos los que la practican es que anhelan encontrar el equilibrio físico y emocional. Todas las demás inquitudes, necesidades y carencias forman parte de las vivencias de cada persona que acude al estudio. Celine, simplemente rebusca en su interior y avanza en la búsqueda de una posible solución a estas energías positivas perdidas o aparcadas, algunas fruto del entorno social y otras derivadas del caos mental que puede generar una vida laboral intensa, dinámica y desordenada. Sus experiencias son, de hecho, motivo de aprendizaje para todos los que imbuyen de esta disciplina milenaria.
Cuando uno tiene la autoestima baja, puede tomar varios caminos: acudir a un profesional médico, dejar que el problema se diluya, o afrontarlo sin miedo y entrar de lleno en las oportunidades que ofrece la disciplina del yoga. Esta última opción fue la elegida por Paquita Contestí: "me he pasado la vida trabajando, con un estrés terrible; me separé y por si no fuera suficiente, sufrí una operación muy delicada. Todo esto hizo que mi autoestima estuviese por decirlo suavemente, por los suelos. Acudí a Celine, aunque la verdad es que llegué aquí bastante débil ya que creía que nadie podía hacer nada por mí. He aprendido que si existe un problema, lo tienes que resolver por tí misma, aunque siempre es bueno una ayuda externa. Con Celine y a través de sus diferentes técnicas de yoga, he conseguido las fuerzas que necesitaba para salir adelante, me ha dado mucha seguridad, vitalidad y ahora veo las cosas de una forma muy diferente. Ahora me mimo mucho más y pienso más en mi misma", destaca.
Pero no todos se abrazan al yoga para recuperar la autoestima y salir de la zona oscura mental en la que se encuentran por problemas profesionales o personales. Esta disciplina ofrece muchas más salidas. Kerstin Bauer rompe los habituales esquemas al confesar que "hago yoga porque me divierte. No he venido aquí por que tenga estrés o problemas físicos, sino porque me gusta hacer yoga, me relaja, y me lo paso muy bien. Simplemente, me gusta hacer yoga".
El estudio de Healt & Fun Yoga no solo está especializado en el yoga tradicional sino que, según subraya Celine "hemos ampliado el campo de actuación hacia otras disciplinas más innovadoras que afrontan los problema profesionales y laborales del siglo XXI con nuevas modalidades como yoga en el suelo cuyo objetivo es fortalecer la mente y el cuerpo y el air yoga consistente en una especie de columpios formados por telas donde el cuerpo está suspendido y gracias a la gravedad te relajas, desarrollas la musculatura y aligeras la espalda con ejercicios de relajación". Asimismo, Celine amplia su campo de actuación para introducir en el agua ejercicios de yoga.
Esta empresa, con instructores que disponen de certificados internacionales, oferta todo tipo de yoga aunque están especializados en focalizar y atender dolores de espalda y cervicales.
No son pocos los que confían en el yoga para solucionar sus problemas físicos. Una de ellas es Vivian Kupman que acudió al estudio de Celine ya que, según destaca "tengo lesiones en dos vértebras de las cervicales y a través del yoga he encontrado la posibilidad de fortalecer toda la musculatura. ¿Porque yoga y no otro tipo de actividad física para solucionar estos problemas? Pues muy fácil. Además de buscar soluciones a estos problemas físicos, mentalmente el yoga me está produciendo alegría interior; creo que la búsqueda de los seres humanos ha de orientarse a encontrar la felicidad, la alegría y la dicha, es decir, descubrir la conexión que uno tiene entre lo físico y lo espiritual. Cuando se está en equilibrio, la alegría fluye espontáneamente".
Vivian ha llegado al núcleo del yoga: la búqueda del equlibrio y la conexión física y espiritual. Esta interrelación entre los físico y lo espiritual llevaron a practicar yoga a Rocío Vargas, Alejandra Loggia y Guadalupe Loggia, tres jóvenes que, según ellas, no van da dejarlo "por nada del mundo". Para Rocío "yo no he venido aquí solo por mejorar físicamente, sino para desconectar. Mi problema es el estrés, los niños, la casa, el trabajo. El yoga me ayuda a desconectar, a coger las tareas con más ganas, relajándome y desconectando y, como dice Celine, dejando escuchar al corazón para así despejar la mente".
En similares términos se pronuncia Alejandra que tiene clarísimo que con 25 años "el estrés y la ansiedad pueden estropearlo todo. Para mí el yoga es un sentimiento, una parte de conexión espiritual ya que puedo conectar el cuerpo y el alma. Hay que tener claro que la mente te coloca constantemente al límite y cuando estás aquí practicando yoga en el aire, es una sensación hermosa, es como volar. Es una invitación a conectarte contigo misma y con los demás, todo ello sin contar con los beneficios físicos que provoca esta discuplina y sus ejercicios.
Finalmente y no por ello menos importante, Guadalupe avanza que "se puede perder el equilibrio emocional por la rutina, el trabajo o el estrés". Esta joven hace especial hincapié en que el yoga es como "una droga aditiva, pero sana. Es una invitación a conectarte contigo mismo y con los demás siempre que a tu lado te dirija un buen maestro y Celine es una gran maestra".
Para una mayor optimización de los alumnos, los grupos son reducidos y, tal y como concluye Celine "lo importante es que aquí aprenden a relajarse, hacer ejercicios saludables, encontrar la paz interior y exterior y, sobre todo, divertirse. Esta es nuestra filosofía que trasladamos a nuestros alumnos".
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