Tres trabajadoras del Hospital Universitario Son Espases, en Palma, acusadas de acceder al historial clínico de una compañera sin su consentimiento han defendido que entrar en los expedientes de los pacientes es una de las funciones habituales que realizan debido a su puesto de trabajo.
De hecho, una de las encausadas ha asegurado, durante el juicio que ha tenido lugar este miércoles en la Audiencia Provincial de Baleares, que se enteró de la enfermedad que padecía su compañera "el mismo día que puso la demanda".
La Fiscalía solicita tres años y tres meses de prisión para cada una de las implicadas por un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Además, pide una multa de 21 meses por un importe de ocho euros diarios, así como una indemnización de 6.000 euros en concepto de daño moral.
Los hechos juzgados tuvieron lugar, supuestamente, entre los años 2017 y 2018. La víctima había trabajado previamente como celadora en el ya desaparecido Hospital Son Dureta, en Palma, pero, tras un control de salud laboral, le fue diagnosticada una enfermedad para la que necesitó tratamiento médico y psiquiátrico.
Una vez que se reincorporó a su puesto de trabajo, el Ministerio Fiscal relata que, precisamente a causa de su dolencia, fue asignada a otras labores en el Hospital Son Espases. La mujer no compartió esta información en ningún momento a sus compañeras, a pesar de estas le preguntaban "insistentemente" por los motivos de este cambio laboral.
Aún así, el fiscal sostiene que las tres encausadas accedieron al listado de citas médicas de la denunciante para descubrir información relativa a su estado de salud, y lo hicieron siempre sin la autorización de la afectada.
Ante el juez, una de las acusadas, administrativa en el departamento de avisos de citas de Son Espases, ha indicado que no tuvo "ningún incidente" con la denunciante, no supo "nada en absoluto de su baja", ni tampoco habló con ella acerca de su enfermedad. "No me contó nada porque no soy muy habladora", ha expuesto en sede judicial.
Durante la investigación interna que se realizó en torno a estos hechos, esta trabajadora negó haber accedido al historial de su compañera, y explicó que, si figuraba un acceso suyo, era porque esta última debía tener fijada alguna cita. "Me sorprendió, pero no me sorprendió, porque si una persona es una paciente, puede que ser que algún compañero tenga que hacer alguna citación", ha declarado.
Sin embargo, ha negado acordarse del acceso al listado de citas: "Yo llamo a muchos pacientes. Tenemos como objetivo llamar a 100 o incluso 120 pacientes por día. No me voy a acordar jamás de todos los pacientes a los que he llamado", ha relatado.
Por su parte, otra de las encausadas, auxiliar administrativa en citas externas de Son Espases, ha relatado que debido a su puesto de trabajo podía acceder al listado de pacientes y al historial clínico, pero ha precisado que se trata de un procedimiento "habitual". En cualquier caso, ha sostenido que nunca lo ha hecho por motivos ajenos a su puesto laboral: "Desde el primer día, sé dónde trabajo", ha señalado.
Según ha dicho, la denunciante nunca le solicitó que mirara sus citas, ya que no tenían relación. "Es una compañera a la que no he frecuentado ni le he contado nada", ha destacado la encausada, quien ha asegurado que la demandante "hablaba mucho y contaba todo" al resto de sus compañeros.
La tercera acusada, con un cargo de responsabilidad en consultas externas, ha relatado que, debido a su posición, puede acceder a citas e historiales "siempre por motivos de trabajo". Sobre el acceso al historial de la denunciante, ha explicado que el volumen de consultas externas es de unas 2.500 o 3.000 citas diarias. "Me es imposible asegurar qué es lo que hice" aquel día, ha indicado. Con todo, ha remarcado que si lo hizo "seguro que estaba motivado por una de las tareas" que tiene encomendadas.
Esta procesada ha asegurado que mantenía "buena relación" con la denunciante y ha destacado que se enteró de su enfermedad "el día que ella puso la demanda".
Durante el juicio, la denunciante ha resaltado que nunca contó nada de su enfermedad en el trabajo, ni tampoco pidió a nadie que gestionara sus citas o que accediera a su historial. "Al principio todo era perfecto, una relación laboral buena, y empezaron a preguntarme por qué estaba en ese puesto de trabajo. Les dije que era algo privado", ha referido.
Con el tiempo, ha indicado que comenzó a percibir "cambios de actitud en la gente", empezó a ser "una persona repudiada" a la que miraban "mal". "Veía que ellas lo sabían y lo habían contado", ha dicho sobre las acusadas.
Según la denunciante, una de las demandadas hizo referencia un día a su enfermedad, un extremo que ella le negó, además de preguntarle cómo había accedido a esta información. "Cuando volví del baño vi que estaba mirando mi historia", ha explicado.
Tras esto, la denunciante ha explicado que una trabajadora de Son Espases le confirmó que las tres encausadas habían accedido a su historial médico.
Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en Twitter y Facebook. Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.