Desde hace ya varios lustros, las caleras de caballos se han convertido en sinónimos de polémicas. Verano tras verano, los equinos sufren las altas temperaturas mientras son usados como reclamos turísticos. No obstante, cada vez son más los ciudadanos que se oponen a un modelo que ya ha sido suprimido, o mejor dicho cambiado por vehículos, en muchas ciudades.
El episodio del pasado miércoles fue presenciado por turistas y vecinos. Ellos fueron los que prestaron socorro al animal tras su caída. Una vecina, bajó de su vivienda una manta mientras otra portó un cubó lleno de agua para refrescar al asustado corcel.
Según también ha podido averiguar El Infiltrado, un hombre ayudó al caballo a incomporarse. Lo hizo mientras abroncaba al conductor de la galera, que parecía totalmente bloqueado y superado por la situación. De hecho, fue el vecino el que quitó las cuerdas que amenazaban con ahogar al equino.
Horas después del suceso, la Policía Local de Palma emitió un comunicado que ha sembrado muchas dudas entre vecinos y animalistas. "El caballo se ha alterado por el ruido derivado de una plataforma de un camión que estaba descargando", aseguró el cuerpo policial. Un argumento que, según lo leído, no convence a todos puesto que los caballos están más que acostumbrados a los constantes ruidos diarios que inunda la ciudad durante su larga jornada laboral.
"Una de sus patas ha quedado enganchada en una alcantarilla, provocando que se desplomara y quedara en el suelo", añadieron para cerrar el asunto. Un hecho bastante discutible, como han asegurado varios ciudadanos a través de las redes sociales. Alguno, incluso, se ha desplazado hasta la zona para grabarla y dejar constancia de un pavimento señalado como culpable.
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